La vuelta a las aulas tras el verano supone un nuevo punto de partida para toda la comunidad educativa. Alumnos y profesores afrontan un curso cargado de metas por delante con las pilas cargadas y las ilusiones renovadas. Pero al mismo tiempo que la llegada de septiembre marca el inicio de una nueva etapa, también puede conllevar una presión añadida, por lo que es conveniente seguir una serie de consejos para llevarla con ánimos, buena salud y con la mayor energía posible.

Repasamos algunas de las principales ideas que te ayudarán a tener un buen inicio de curso.

1- Dormir bien la noche anterior

El tiempo de descanso es fundamental para recargar energías. Bien es cierto que el cambio de rutinas y los nervios del comienzo pueden llegar a pasar factura, pero en la medida de lo posible, conviene tener un sueño suficientemente duradero (las ocho horas de rigor) y reparador con el fin de que el primer día no sea complicado por la falta de fuerzas.

2- Ser puntual

Planificar el desplazamiento al centro de estudios y tratar de salir de casa con algo de antelación es la mejor manera de llegar sin prisas, lo que ayuda a estar más tranquilos y calmados y dar así una buena primera impresión a compañeros y docentes.

3- Tener el material preparado

Los primeros días siempre falta algún libro, algún cuaderno... pero gran parte de los materiales se pueden conocer de antemano y es adecuado tenerlos listos para su transporte y utilización. Así se perderá menos tiempo efectivo de clase a la hora de disponer de todo aquello necesario, y la organización individual quedará perfeccionada

4- Socializar

Cada uno en la medida de lo posible y de acuerdo a su manera de ser, pero conversar amigablemente con los compañeros, interesarse por sus meses de verano y compartir experiencias ayuda a una mejor integración y a fortalecer los lazos y los vínculos con los demás, de cara a pasar un curso agradable.

5- Aportar ideas en clase

El nuevo curso es una oportunidad perfecta para adquirir nuevos conocimientos, reforzar los de años anteriores y ganar confianza al ver los propios progresos. Tener una actitud activa durante las sesiones lectivas, en cualquier curso educativo, es una buena manera de implicarse para que el aprendizaje sea lo más completo posible.