Investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Estados Unidos, han demostrado por primera vez cómo el té negro puede promover la pérdida de peso, tras comprobar en ratones que altera el metabolismo energético del hígado mediante un cambio de los metabolitos intestinales.

El trabajo, cuyos resultados publica la revista 'European Journal of Nutrition', encontró que tanto el té negro como el verde alteran la proporción de bacterias intestinales en los animales. Así, mientras que el porcentaje de bacterias asociadas con la obesidad disminuye, las asociadas con la masa corporal magra aumentan.

Estudios previos ya habían mostrado que los polifenoles del té verde son absorbidos y alteran el metabolismo energético del hígado, y en esta investigación han visto que los del té negro, que son demasiado grandes para ser absorbidos por el intestino delgado, estimulan el crecimiento de las bacterias intestinales y la formación de ácidos grasos de cadena corta, un tipo de metabolitos bacterianos que se ha demostrado que alteran la energía metabolismo en el hígado.

"Se sabía que los polifenoles del té verde son más eficaces y ofrecen más beneficios para la salud que los polifenoles del té negro", según ha reconocido la investigadora Susanne Henning, una de las autoras del estudio.

Sin embargo, en su investigación han visto que "el té negro, a través de un mecanismo específico a través del microbioma intestinal, también puede contribuir a la buena salud y la pérdida de peso en los seres humanos".

En el estudio incluyeron cuatro grupos de ratones que recibieron diferentes dietas, de las que dos fueron suplementadas con extractos de té verde o negro.

Tan eficaz como llevar una dieta baja en grasas

Después de cuatro semanas, los pesos de los ratones que recibieron extractos de té verde o negro cayeron a los mismos niveles que los de los ratones que recibieron una dieta baja en grasas durante todo el estudio.

Asimismo, los investigadores también recogieron muestras de los intestinos gruesos de los ratones para medir su flora bacteriana, y de tejido hepático para medir sus depósitos de grasa. Y de este modo, vieron que en los ratones que consumieron cualquier tipo de extracto de té, hubo menos bacterias asociadas con la obesidad y más con la masa corporal magra.

Sin embargo, sólo los ratones que consumieron extracto de té negro tuvieron un aumento en un tipo de bacteria llamada 'Pseudobutyrivibrio', lo que podría explicar ciertas diferencias en cómo el té negro y el verde cambian el metabolismo energético.

Un hallazgo que, según el director del Centro de Nutrición Humana de la UCLA, Zhaoping Li, principal autor del estudio, sugiere que los beneficios para la salud de ambos tés tienen más allá de sus beneficios antioxidantes ya que también tienen un fuerte impacto en la microbiota intestinal.

"Y para los amantes del té negro, puede haber una nueva razón para seguir bebiéndolo", ha apuntado.