Si ellos hablaran

El planeta en guerra

Un gato mira a su dueño.

Un gato mira a su dueño.

Raúl Mérida

Tememos mucho a una tercera guerra mundial y al poder destructivo que podría tener sobre el planeta, pero, en realidad, nosotros mismos cada día hacemos todo lo posible por exterminarlo.

Todo lo que hacemos contamina. Poner la tele o la radio, encender el horno, utilizar un secador de pelo o afeitarse con una maquinilla eléctrica genera una buena cantidad de gases de efecto invernadero, o lo que es lo mismo, envían a la atmósfera, entre otros, gran cantidad de CO2, aumentando así la temperatura del planeta y potenciando el terrible cambio climático que tan devastador resulta para todas las especies que poblamos el planeta, incluida la nuestra.

Evidentemente, también contamina, y de qué manera, toda la industria y, por supuesto, todos los medios de transporte públicos, incluidos los vehículos particulares que, a través del tubo de escape y de todo lo que conlleva el funcionamiento de los mismos, es decir, desde los líquidos refrigerantes, las pastillas de frenos y hasta los neumáticos, son responsables de cerca del 20 % de las emisiones de CO2 de todo el planeta.

Por contaminar, hasta el envío de un email, un mensaje de texto o un simple WhatsApp, contamina. Se ha calculado que cada uno de ellos emite cerca de 0,2 gramos de CO2 al planeta. Por ejemplo, ver una película en cualquiera de las plataformas digitales en streaming contamina lo mismo que coger el coche y recorrer 20 km de distancia. Dicho de otra manera, nuestra vida digital es un auténtico estercolero para el planeta que, cada día, envía a la atmósfera 35.000 toneladas de dióxido de carbono diarias, o lo que es lo mismo, suciedad y porquería por un tubo.

Así que, visto lo visto, ha llegado el momento de remangarse y ponerse a trabajar. Sobran activistas de internet y faltan ecólogos de formación y ecologistas con experiencia pero, sobre todo, políticos dispuestos a coger el toro por los cuernos o lo que es lo mismo, a legislar a corto, medio y largo plazo para poner freno a su avance. Se trata de prevenir y moderar las emisiones para minimizar sus efectos. Se debe ayudar económicamente a particulares y empresas para que reciclen, sean más sostenibles energéticamente y, en general, contaminen menos. Prevenir es curar y, en este caso, es sobrevivir. El mundo se muere y salvarlo es solo cosa nuestra.