Los animales, principalmente como medio de transporte, siempre han tenido una participación constante en todas las guerras del mundo. Sin embargo, en la guerra de Ucrania todo eso ha cambiado.

Las imágenes suministradas por distintos satélites muestran cómo numerosos grupos de delfines han sido desplazados por el ejército ruso en el interior de corrales móviles acuáticos hasta la base naval existente en el puerto de Sebastopol, en el Mar Negro, en plena península de Crimea.

Estos animales, provistos con cámaras submarinas, tipo GoPro enlazadas a su cuerpo, desarrollan una doble misión. Por un lado, suministran imágenes de todo lo que se mueve en el fondo del mar y, por otro, adiestrados para repeler cualquier intento de sabotaje a los buques rusos por parte de buzos ucranianos, vigilan cautelosos cualquier movimiento que pueda producirse alrededor de éstos.

El Ejército de Estados Unidos está investigando actualmente la procedencia de todos ellos porque en el año 2014, cuando los rusos invadieron Crimea, ya se habló del secuestro de delfines ucranianos de dicha base por parte de los rusos para ser usados luego en tareas militares.

No es tan extraño. ¿Recuerdan cuando hace un par de años se hizo viral la imagen de una beluga portando un arnés del ejército ruso? El animal, desorientado, interactuaba continuamente con las barcas de los pescadores noruegos. Por aquel entonces, se habló de la existencia de una base rusa en el ártico, en la que se les adiestraba para labores de vigilancia, defensa y detección de minas, pero, pasado un tiempo, la noticia se olvidó y todo quedó en una mera anécdota, más propia del mundo de las leyendas que de la realidad. Craso error, porque no son sólo los rusos los que adiestran delfines para este fin. Los americanos también lo hacen.

De hecho, se cree que ya los usaron en conflictos históricos tan señalados como la guerra de Vietnam o del Golfo. Por lo tanto, no es una cuestión de bandos, sino de la deshumanización del ser humano que, una vez más, demuestra claramente que el animal más peligroso que existe camina a dos patas.