Nombre: Elton. Experiencia: 11 años de servicio en la Guardia Civil. Intervenciones: participación directa en la investigación de más de 500 casos de desapariciones y crímenes. Especialidad: búsqueda, con vida o sin vida, de personas desaparecidas. Resultados: 99% de casos resueltos con éxito.

Cuando Elton falleció, dejó atrás una de las más impecables hojas de servicio. Sus actuaciones, por aquel entonces, se contaban por cientos y sus resultados siempre eran de matrícula de honor.

No es el único caso, las unidades caninas de las distintas policías, de la Guardia Civil e, incluso, del ejército de España, están llenas de animales cuya entrega al bien común no tiene límite alguno. Son perros que se arriesgan hasta el infinito y, según el adiestramiento y la educación que hayan recibido, así actúan.

Por eso, lo mismo participan en labores de búsqueda de personas, como hizo Elton, que participó en la del pequeño Gabriel, asesinado en Almería, o en la de Diana Quer, que corrió idéntica mala suerte en Galicia; que son usados en el rescate de personas vivas que en cualquier lugar del mundo puedan quedar sepultadas bajo los escombros de una catástrofe.

Otros, por el contrario, están especializados en olfatear cualquier rastro de droga, descubriendo a aquellos que pueden traficar con la misma. La mayoría de estos últimos están destinados en los puntos fronterizos de las aduanas y también en la Guardia Civil o en las Policías nacionales y locales, que los usan para detectar grandes alijos o, incluso, para desarticular a menor escala el transporte personal de la misma.

También los hay adiestrados para la defensa o para la detección de minas y explosivos, como algunos de los que prestan sus servicios en los mejores ejércitos del mundo.

De hecho, en todas las guerras han intervenido perros auxiliando a los humanos que en ellas combatían. El famoso pastor alemán Rin Tin Tin, que participó en numerosas películas de Hollywood, fue uno de ellos. En su caso, intervino en la Segunda Guerra Mundial y, pese a pertenecer al ejército alemán, salvó la vida de un sargento americano, al que encontró mal herido. Este, posteriormente lo adoptó y lo llevó a Estados Unidos, lo que, entre otras cosas, demuestra que los animales no entienden de bandos ni de conflictos, solo del amor incondicional que sienten hacia el ser humano. No es poca cosa, en estos tiempos que corren.