LA PREGUNTA DE LOS LECTORES: He adoptado un perro que se pasa las horas persiguiendo su cola o arrastrando su trasero. Es incansable. O da vueltas tras su rabo intentando atraparlo, o parece que el culo le pique y deba sentarse para que no le moleste. ¿Qué es lo que puede estar ocurriéndole?

En general, ese comportamiento podría estar relacionado con un problema de glándulas anales. Estas, entre otras cosas, les permiten identificarse, dado que generan una secreción acuosa que tiene un fuerte olor propio y distinto en cada animal. Por eso se huelen el trasero cuando se encuentran. Normalmente los perros desprenden esas secreciones al hacer caca pero, si por algún problema no lo hacen, pueden acumular líquido, lo que les generaría inflamación, molestias e irritación. En esos casos deben ser vaciadas. Otra cosa distinta es que, pese a ello, el problema persista y se agrave. En ese caso se podría llegar incluso a tener que extirpar quirúrgicamente dichas glándulas. Lo mejor es que lo lleve a su veterinario para comprobar qué está motivando ese comportamiento. Piense que el origen de ese comportamiento también podría estar en la presencia de parásitos, un posible estreñimiento o, incluso, el desarrollo de tumores. Es importante saber qué le está ocurriendo.