Un fenómeno curioso y muy frecuente en las personas a las que nos gustan los animales, y sobre todo en las que nos dedicamos a rescatarlos, es el hecho de ver animales por todas partes. Si hablas con alguien que se dedica a la protección animal, te dirá que tiene la capacidad de ver o escuchar a un animal que necesita ayuda, por muy escondido que esté. Esto se debe y se explica mediante un fenómeno psicológico llamado percepción selectiva. Los seres humanos no podemos procesar toda la información que existe a nuestro alrededor, puesto que la cantidad de estímulos es tan alta, que nuestra propia mente selecciona los que son importantes para nosotros, en función de nuestras expectativas y experiencias. De esa manera, otro tipo de estímulos pasan desapercibidos, pero eso no significa que no estén ahí.

Una persona a la cual no le importan mucho los animales, pasará por su lado sin darse cuenta de su presencia. Mientras que, en el caso contrario, alguien que los quiere y se preocupa por ellos, es capaz de dirigir su atención a cualquier información relacionada con un posible animal que necesite ayuda.

Esta percepción se puede adaptar en función de si modificamos nuestras expectativas. Por ejemplo, puede suceder que una persona piense que los gatos que viven en la calle están bien. Dicha forma de pensar condicionará su percepción. De tal manera que cuando ve un gato en la calle, no le preste atención a su estado. Sin embargo, si le explicamos a esa persona que los gatos ferales tienen una vida muy dura y que muchos de ellos están enfermos, puede que a partir de ese momento empiece a fijarse más en ellos y a ver gatos donde antes, en teoría, no había. No obstante, esa persona sigue cruzándose con el mismo número de animales, lo que ocurre es que antes no les prestaba atención porque no tenía conciencia de su situación. A partir de su cambio de pensamiento se generará un cambio perceptivo también y desarrollará la creencia de que ve gatos por todas partes.