Salud mental

Ruth Lorenzo relata al detalle su enfermedad y cómo la sufrió en la tele: "Tuve anorexia desde los 9 hasta los 36 años"

La artista y Xuso Jones hablan sobre los TCA y la cantante cuenta cómo fue padecerlo "a raíz de un trauma infantil"

Ruth Lorenzo.

Ruth Lorenzo. / RTVE

Paula M. Gonzálvez

Paula M. Gonzálvez

Ruth Lorenzo ha pasado por los estudios de Poco se habla, el podcast de Xuso Jones y Briten. La conversación ha comenzado llena de bromas sobre Murcia, anécdotas y alguna que otra 'coña' sobre el veraneo de los madrileños en las playas de la Región. Sin embargo, la influencer y los murcianos han acabado hablando de algo mucho más serio, a raíz de mencionar MasterChef Celebrity y la comida, y la artista ha acabado abriéndose en canal. "Yo he vivido con trastornos de la alimentación prácticamente toda mi vida. Desde los 9 hasta los 36 años", ha revelado, y a continuación ha relatado su experiencia, hasta el momento desconocida.

La ganadora de Tu Cara Me Suena 4 (Antena 3) había dado una pequeña pincelada en una entrevista con Pepa Bueno en Viajando con Chester (Cuatro), aunque nunca había entrado en tantos detalles. Cuando comenzó a padecerlo no era consciente por su temprana edad. Surgió "a raíz de un trauma infantil" del que no ha querido contar más: "Cuando vives cosas que no sabes exteriorizar, aplicas recursos que te hacen producir de manera innata serotonina, sensación de descanso, de placer. Una de esas cosas es la falta de alimento o el vómito provocado. Es una manera de autolesión, realmente".

"Si no lo sufres tú, es muy poco probable que puedas entender al otro"

En muchos casos los TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria), ha continuado, van ligados a la autolesión y, aunque asegura estar "totalmente recuperada", también comenta que no le gusta decir esto último "porque forma parte de su vida": "Tengo consciencia de ello, son mis cicatrices y te hacen ser la persona que eres. Las enfermedades mentales son muy etéreas, si no las sufres tú es muy poco probable que puedas entender al otro".

La cantante comenzó a dejar de comer y, siendo niña, vio en una película que "alguien se metía los dedos para vomitar". Fue entonces cuando pensó que "podía comer y hacer eso". "Tuve anorexia nerviosa, no comía y, si lo hacía, vomitaba. No comprendía el desarrollo de mi cuerpo, el pecho me creció súper rápido. Quería frenar lo que los adultos me habían enseñado que era el mundo adulto a raíz de mi trauma. Comprendía lo que era el mundo adulto y no quería pertenecer a él", revela.

A eso se sumó el problema de que, al ser tan pequeña, no podía hablar con nadie "porque los niños quieren proteger al adulto. Cuando los adultos tienen sufrimiento y lo expresan, los niños se dan cuenta de todo y, si tienes referencia de que no hay felicidad y las cosas que ocurren no son buenas, quieres proteger al adulto de tu alrededor y no ser un problema más".

La representante de España en Eurovisión 2014 insiste en que no sabía que tenía un problema, pero sí que sabía que si su trauma "se ponía encima de la mesa era un problema", algo que "tapó con la alimentación".

Sobre cómo se siente la persona que padece esta enfermedad, desde la experiencia, la murciana relata que "no es que te veas gorda, es que tu visión se distorsiona" por "el desequilibrio de líquidos en tu cerebro cuando generas un TCA", y pone como ejemplo algo que le ocurría de manera recurrente: se levantaba una mañana, se sentía "súper delgada" después de practicar alguna de las conductas asociadas al trastorno, desayunaba, salía de la ducha y, entonces, veía su "pierna derecha gigante". A ello se refiere con la distorsión.

La presentadora de Cover Night (TVE) también puntualiza que compraba revistas en las que veía a mujeres adultas que "nada tenían que ver con lo que era [yo] como adolescente", que "hormonalmente estaba muy desarrollada desde muy pronto". Entonces se preguntaba "¿qué me ha pasado? ¿Qué estoy haciendo mal para no ser así?". "Tengo en mi mente todos los váteres en los que he podido vomitar", confiesa.

Cuándo se dio cuenta de que sufría TCA

La concursante de la versión británica de Factor X (The X Factor) -el talent show que le lanzó a la fama- fue consciente de su problema a partir de los 18 años, gracias a una reconocida escritora y a El Programa de Ana Rosa. Un día vio a Espido Freire, autora de Melocotones helados, en el espacio de Telecinco hablando sobre la bulimia que padeció. "Dije 'hay alguien como yo' y me saltaron las alarmas. Cuando mi madre lo escuchó, se dio cuenta de que lo tenía en casa", afirma.

Para la murciana no fue fácil su salto a la televisión precisamente por sufrir un TCA. "Detestaba" verse en televisión, le "ha costado mucho poder" mirarse. "Quería ser invisible, pero necesitaba que se escuchara mi voz. Cuando canté Purple Rain en Factor X y vinieron a retocarme decía que no, no quería que me miraran, solo quería que me escucharan. Deberían enseñarnos en el colegio, porque al final, ¿cómo no va a existir el bullying si no dejas de hacerte bullying a ti mismo?", reflexiona.

Ahora, tras la terapia, cuando ve a su 'yo' de ese momento siente "ternura" por saber lo que estaba sufriendo por dentro y tener el valor de subirse a un escenario".

Una vez que ya era famosa, Ruth Lorenzo recibió un mensaje a través de redes sociales de un fan que le dijo que iba a ir a su próxima firma de discos, que padecía su misma enfermedad, pero no se podría identificar ante ella porque iba con su familia. "Ojalá me reconozcas cuando me veas", le escribió, y así fue: " Hay ciertas conductas en alguien que tiene TCA, microgestos en los que te ves reflejado. Lo ves si has pasado por eso, te recuerda a ti".

La cantante quiere y es "una mujer real" y lanza un poderoso mensaje: "La alimentación se nos ha vendido como una recompensa. Cualquier cosa que comas que automáticamente te hace sentir un alivio de estrés, automáticamente te hace también sentirte culpable por haberlo comido. Eso no es una relación sana. Tampoco hay que criminalizar la comida. Si me quiero comer un donut me lo como, solo tengo que saber qué efecto tiene comérselo y equilibrar: beber más agua, caminar un poco... ".

Además, analiza la forma en la que vivimos, que parece no remar a favor de obra. "La sociedad se ha convertido en un lugar en el que ser productivo, consumir muchísimo y no mirar alrededor. Ser ciego es mejor que ver, tener chutes de felicidad momentánea. No nos enseñan en el colegio que si tienes un ataque de ansiedad hay que parar. No, vas a la oficina del director y 'a ver si se te pasa rapidito, que hay que trabajar'. Cuanto más dormidos, mejor para el resto. Como adultos no nos damos cuenta, nuestro día a día no nos deja ver que hay un niño que necesita hablar y no sabe cómo".

Asimismo, también ha mencionado algo que no puede caer en saco roto: "Las enfermedades mentales no se curan de un día para otro, es un proceso muy largo, y la gente que hay a tu alrededor tiene que saber cómo ayudarte y cómo tratarte". Por ello, por haber sabido hacerlo, da las gracias a su familia. Ahora, en lugar de "dar la espalda a los tiburones" que la atemorizan", los mira de frente.