Según un estudio realizado y publicado en la revista científica Cell Metabolism, el horario en el que tomamos la comida influye directamente en nuestro equilibrio hormonal. De ahí que la cantidad y calidad de los alimentos no sea el único factor determinante para los problemas de sobrepeso y obesidad

Aunque han querido dejar claro que el número de personas investigadas no son lo suficiente para que las conclusiones sean determinantes, sí se ha comprobado que existe ese factor de riesgo en la ganancia de peso. No debemos olvidar que la obesidad es el gran mal del siglo XXI, afectando a unos 650 millones de adultos en todo el mundo. Pero ¿por qué el horario es tan importante para el control de peso?

Un estudio muy controlado

Para poder llegar a determinadas conclusiones, se tomaron como muestra a 16 adultos voluntarios, con una media de edad de 37 años. Se tuvo en cuenta que fueran hombres y mujeres, de diferentes etnias y con un índice de masa corporal cercana al sobrepeso. Todos contaban con buena salud y ninguno tomaba medicación que pudiera alterar los resultados. Además, se comprobó que realizan, de forma habitual, algún tipo de actividad física. De igual modo, todos seguían un horario laboral y social normal, no consumían alcohol, tabaco ni ningún tipo de drogas. 

Para que todo estuviera bien controlado, los voluntarios pasaron varias semanas en el laboratorio. Es así como se les controlaba el sueño, los índices hormonales y la alimentación. De esta forma dormían un horario fijo y tomaban una dieta prefijada y en las horas correspondientes.

La culpable: la hormona leptina

En el momento de la alimentación, se hacía siempre en horarios iguales y fijados. Es así como se hacían comidas tempranas y comidas tardías, para comprobar qué efecto producían cada una de ellas según el horario. 

La primera observación fue que comer más tarde afectaba a los niveles de la hormona leptina. Ella es la encargada de decirle a nuestro cerebro que estamos saciados y, por lo tanto, no tenemos hambre. Al sentirse desequilibrada, no mandaba ese mensaje, por lo que se comía más.

Otros temas que también influyen al comer tarde es que hay menos gasto energético y, por lo tanto, calórico. Además, también se ve alterado el tejido adiposo que es capaz de almacenar y retener más líquidos. Otro factor que se pudo observar es que la temperatura corporal disminuye a lo largo del día. 

De todos modos, y como ya hemos dicho, todavía queda mucho por estudiar y descubrir con respecto a la relación del horario y la obesidad. Aunque seguiremos aplicando ese famoso refrán: "Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo".