Ciencia y sociedad

Viajar en avión dejó de ser un placer hace mucho tiempo

Los incidentes con pasajeros están disparados desde 1999: la calma después de las mascarillas solo fue una tregua

Un hombre observa aviones en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, en una imagen de archivo.

Un hombre observa aviones en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, en una imagen de archivo. / EP

Eduardo Martínez de la Fe

Eduardo Martínez de la Fe

Los datos sobre incidentes con pasajeros a bordo de los aviones no paran de aumentar desde hace más de 20 años. Se relacionan con los frecuentes retrasos y cancelaciones, el aumento de los precios, el hacinamiento en cabina, la disminución de la calidad del servicio a bordo y el descontrol de viajeros que embarcan bajo la influencia del alcohol.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha expresado su preocupación por la escalada de incidentes que están ocurriendo a bordo de aviones con pasajeros un reciente comunicado.

Estos incidentes aumentaron un 37% a nivel mundial el año pasado con respecto a 2021, incluso cuando las restricciones relacionadas con la pandemia ya habían desaparecido: los episodios de mal comportamiento aumentaron de una tasa de 1 incidente por cada 835 vuelos a 1 por cada 568 durante ese período, según la IATA.

Después de analizar más de 20.000 informes presentados por alrededor de 40 aerolíneas de todo el mundo, la IATA constató que los episodios más comunes de conducta indisciplinada el año pasado fueron el incumplimiento de las instrucciones de la tripulación, seguido del abuso verbal y de la intoxicación, especialmente etílica.

Los incidentes de abuso físico siguen siendo muy raros, pero tuvieron un aumento alarmante del 61% con respecto a 2021, ocurriendo una vez cada 17.200 vuelos, asegura la IATA.

Otro detalle que revela la IATA es que, si bien los casos de comportamientos indebidos a bordo disminuyeron a principios del año pasado a medida que más aerolíneas y gobiernos de todo el mundo eliminaron la obligación de llevar mascarillas, la tasa de incidentes comenzó a aumentar de nuevo a medida que avanzaba 2022, terminando el año al alza, sin que se haya encontrado todavía una explicación concluyente a esta escalada.

Todavía peor

Lo sorprendente es que poco antes de que la IATA hiciera sonar la alarma por estos comportamientos, dos científicas de la Universidad de Texas en Dallas publicaron los resultados de una investigación que arroja datos todavía más preocupantes.

Firmada por Sheryl Skaggs y Lynne M. Vieraitis, la primera socióloga y la segunda criminalista, la investigación estudió datos de más de 915 incidentes denunciados al sistema de informes de seguridad de la aviación durante un período de 21 años, de 1999 a 2020.

Una de las constataciones de este estudio es que los episodios de mal comportamiento por parte de pasajeros a bordo de los aviones habían aumentado considerablemente desde antes de la pandemia.

Eso significaría que, aparentemente, lo que hizo la pandemia fue agravar una crisis que ya estaba en pleno desarrollo. En este contexto, la supresión de la obligación de llevar mascarillas sería solo una tregua que duró poco tiempo.

Mala conducta

El panorama de la crisis que dibuja esta investigación es similar a lo que decía la IATA, aunque más preciso y contundente debido a la naturaleza del estudio y al amplio periodo histórico analizado.

La mala conducta verbal es el incidente dominante de esta historia, que afecta al 46 por ciento de los casos, seguido por saltarse las normas de no fumar en el lavabo o de no guardar el equipaje correctamente: un 39 por ciento.

La mala conducta física, según este estudio, representa el 15 por ciento de los incidentes, incluidos algunos casos en los que la tripulación resultó agredida con golpes en la cara que supusieron conmociones cerebrales, pérdida de dientes, aturdimiento e incluso fracturas, todo lo cual requirió atención médica.

Viajeros en el aeropuerto de Gran Canaria antes de coger el vuelo de regreso a sus países tras las vacaciones.

Viajeros en el aeropuerto de Gran Canaria antes de coger el vuelo de regreso a sus países tras las vacaciones. / ANDRÉS CRUZ

Precios por las nubes

La explicación de estos comportamientos se atribuye en primer lugar a los altos precios de los pasajes aéreos: según los datos del Índice de Precios de los Billetes de Avión (Airfare Index) de la consultora OAG, los precios de los billetes de avión en el mundo han subido un 125% desde 1999. En términos nominales, el precio medio de un billete de avión en 1999 era de 500 dólares, mientras que en 2023 es de 1.250 dólares.

Siendo un poco más precisos, el precio medio de un billete de avión entre Madrid y Nueva York ha subido un 180% desde 1999, mientras que el precio medio de un billete de avión entre Madrid y Barcelona ha subido un 70%, según la misma fuente.

En el caso de España, los precios de los billetes de avión han subido un 115% desde 1999. El precio medio de un billete de avión en España en 1999 era de 400 euros, mientras que en 2023 es de 850 euros.

Peor servicio a bordo

Los retrasos y cancelaciones generalizados (que se han convertido en una pesadilla para muchos viajeros) y la caída de la calidad del servicio de a bordo en los últimos años, han influido también en el malestar que manifiestan en ocasiones algunos pasajeros de las líneas aéreas.

Detrás de este proceso se encuentra la consolidación que ha experimentado el sector aéreo en este período con la fusión de varias aerolíneas. Esto ha llevado a una reducción de la competencia que ha impactado en los precios, a lo que hay que añadir el crecimiento de la demanda de viajes aéreos que se ha desatado paralelamente: se espera que un récord de 257 millones de pasajeros surque los cielos en aerolíneas estadounidenses este verano.

Y como el número de pasajeros en avión ha aumentado considerablemente en los últimos años, cada vez más llenan casi completamente la cabina en espacios cada vez más reducidos que caldean los ánimos y aumentan la frustración. Además, el acceso de pasajeros al avión, que se realiza sin control etílico, no hace más que aumentar el riesgo de incidentes a bordo.

Parar la escalada

La IATA ha puesto en marcha una estrategia para contener esta escalada. Se basa, en primer lugar, en pedir a los Estados que cumplan las normas regulatorias y enjuicien adecuadamente a los pasajeros rebeldes.

En segundo lugar, propone colaborar con instalaciones aeroportuarias para controlar lo que los pasajeros compran y consumen antes de embarcar, y en tercer lugar, promueve campañas de concienciación sobre la conveniencia de respetar las normas durante el vuelo.

La estrategia de la IATA incluye mejores prácticas para las aerolíneas y soluciones concretas a los gobiernos en materia de concienciación pública, detección de multas y corrección de lagunas jurisdiccionales.

Referencia

Flying the not-so-friendly skies: airline passenger misconduct, 1999-2020. Sheryl Skaggs, Lynne M. Vieraitis. Deviant Behavior (2023). DOI:https://doi.org/10.1080/01639625.2023.2234068