El automóvil cambia de marcha: se enfrenta a la mayor disrupción de su larga historia de cerca de dos siglos

El coche eléctrico va a dar un importante salto adelante que lo cambiará todo: no solo tiene muchas menos piezas y casi no tiene mantenimiento, sino que sus baterías tendrán una autonomía de 1.200 kilómetros y se recargarán en diez minutos. Además, el coche compartido se impone porque no tiene sentido tenerlo aparcado el 90% del tiempo, mientras el vehículo autónomo se cuela por la puerta trasera.

Si se va a comprar un coche nuevo, le aconsejo que no sea de combustión: van a quedarse rápidamente obsoletos. Los coches eléctricos todavía son irracionalmente caros, pero sus ventajas son abrumadoras, por mucho que los fabricantes de automóviles convencionales contaminen los medios de comunicación con su abrumadora publicidad.

Crean el coche eléctrico con mayor autonomía del mundo

Los vehículos eléctricos tienen muchas menos piezas y casi no tienen mantenimiento. Muchos talleres van a cerrar, sí como multitud de concesionarios de automóviles. La industria del coche da trabajo a muchos millones de personas, pero se enfrentan a la mayor disrupción de su larga historia de cerca de dos siglos.

Además, forma parte indisoluble de la cultura popular, del feroz individualismo de las sociedades modernas. Se le ha dado absoluta preferencia en el diseño de las carreteras y las ciudades, a veces en contra de la más elemental racionalidad. Esa concepción está girando en el sumidero de la historia.

Convergencia tecnológica

Son varias las nuevas tecnologías que están convergiendo a una rapidez asombrosa. Debemos estar atentos, todos, fabricantes, talleres, industria auxiliar, ingenieros de caminos, arquitectos, urbanistas, etc. O tomaremos decisiones de inversión equivocadas.

El coche eléctrico va a dar un importante salto adelante. Es aún poco conocido que las baterías de estado sólido son ya una realidad. Toyota se adelanta un poco y las pondrá en el mercado a partir del 2027. Le siguen Nissan y el gran conglomerado chino SAIC, entre otros muchos. El gran problema de la recarga va a cambiar notablemente, pues la autonomía del coche se dispara hasta 1.200 kilómetros, con recarga en solo diez minutos.

Hay unos 1.400 millones de coches circulando en el mundo, alrededor del 18% de la población mundial. Solo en EE. UU. hay 287 millones y achatarran nada menos que doce millones cada año, una señal de la actual irracionalidad. Los automóviles no son solo medios de transporte, son también artefactos culturales y símbolo de estatus.

Y en esto llegó Tesla

Desde los años 80, los fabricantes han estado muy perezosos, apoltronados en su inmenso poderío económico. Coches aburridos, casi clónicos. Hasta que llegó Tesla. Ahora Tesla vale en bolsa más que los cinco principales fabricantes a nivel mundial. La industria no puede reconvertirse en poco tiempo, sin asumir pérdidas inasumibles. Por eso nos bombardean con un tsunami de publicidad.

Pero hay muchas más disrupciones en marcha. Otra irracionalidad restallante es que el 90% de la vida de un coche permanece aparcado, ocupando un espacio precioso. El coche compartido se impone y no solo por razones económicas. Por supuesto, requiere un cambio cultural masivo a escala global. En la sociedad digital es el uso y no la propiedad la directriz básica.

¿Estamos con el pie cambiado?

Y luego están los coches autónomos, que veremos pronto circulando por las calles de Madrid. “Estamos cerca del punto de inflexión”, ha dicho Bill Gates tras probar un coche autónomo en el endiablado caos circulatorio de Londres, concretamente en un modelo de la compañía británica Wayve. “Cambiará el transporte del futuro tan drásticamente como el PC cambió el trabajo en la oficina”, según la predicción del fundador de Microsoft.

España es el noveno fabricante de automóviles a nivel mundial, con 2,2 millones de vehículos. Mucho tenemos que espabilarnos si queremos que esta revolución no nos coja con el pie cambiado.