Biología evolutiva

Los humanos disponemos de un recurso natural para detectar e ignorar noticias erróneas

Descubierto en los peces para evitar las falsas alarmas, este mecanismo se atribuye también a las personas

La información falsa puede ser detectada naturalmente como parte del proceso de toma de decisiones.

La información falsa puede ser detectada naturalmente como parte del proceso de toma de decisiones. / Wendy Alison en pixabay.

Redacción T21

Una investigación ha descubierto en los peces una estrategia de toma de decisiones que introduce cambios en la sensibilidad de la información adquirida socialmente para detectar e ignorar falsas alarmas. Esta propiedad es extensiva a los humanos y podría aprovecharse para reconocer la información correcta en caso de confusión durante una pandemia.

A pesar de los beneficios de aprender sobre el mundo a través de los lazos sociales, las conexiones sociales también proporcionan un conducto para la desinformación.

Usando observatorios de cámaras subacuáticas para registrar el comportamiento de los peces de arrecife de coral mientras se alimentan, una investigación ha descubierto que estos animales producen y perciben señales de movimiento visual producidas por otros, formando así redes de información dinámicas. Los resultados de este estudio se publican en PNAS.

Estas redes son sorprendentemente resistentes a las falsas alarmas, que ocurren cuando un individuo huye de pronto sin que se haya producido una verdadera amenaza compartida.

Estrategia de toma de decisiones

Al reconstruir las entradas sensoriales visuales de cada animal, esta investigación demuestra que esta solidez frente a la información errónea sobre las amenazas se hereda de una propiedad específica de su estrategia de toma de decisiones: ajustes dinámicos en la sensibilidad a la información adquirida socialmente.

Esta propiedad se puede lograr a través de un circuito de toma de decisiones simple y biológicamente extendido y aplicarse también en el ámbito humano, según los investigadores.

Esta suposición se basa en un número creciente de estudios que han ilustrado la notable capacidad del cerebro humano para reorganizarse en respuesta a diversas experiencias sensoriales, como la información obtenida socialmente a través de los medios de comunicación o de la interacción grupal.

Importancia social

Comprender los mecanismos por los cuales la buena información y la información errónea se propagan a través de grupos de actores individuales es esencial para la predicción de fenómenos que van desde comportamientos grupales coordinados hasta información errónea en tiempo de epidemias.

La transmisión de información a través de grupos depende de reglas que los individuos usan para transformar las acciones percibidas de otros en sus propios comportamientos y decisiones.

Debido a que a menudo no es posible inferir directamente las estrategias de toma de decisiones in situ, la mayoría de los estudios de propagación del comportamiento asumen que los individuos toman decisiones agrupando o promediando las acciones o los estados de comportamiento de los vecinos.

¿Y las personas?

Sin embargo, se desconoce si las personas pueden adoptar estrategias más sofisticadas que exploten la información transmitida socialmente, sin dejar de por ello de ser resistentes a la información errónea.

La nueva investigación estudió la relación entre la toma de decisiones individuales y la desinformación que se propaga en grupos de peces, donde la desinformación se presenta en forma de falsas alarmas que pueden propagarse de manera contagiosa a través de los grupos.

Utilizando la reconstrucción automática del campo visual de animales salvajes, observó las secuencias precisas de estímulos visuales transmitidos socialmente y percibidos por las peces durante la toma de decisiones.

Ajustes dinámicos

El análisis de esas secuencias revela una característica de la toma de decisiones esencial para controlar la difusión de información errónea: los peces realizan ajustes dinámicos en la sensibilidad cerebral a las señales transmitidas socialmente.

Esos ajustes dinámicos se refieren a las transiciones entre estados cerebrales en términos de capacidad de estimulación para reequilibrar la actividad cerebral hacia un estado objetivo, en este caso la detección e ignoración de información errónea.

Esta forma de control de ganancia dinámica se puede lograr mediante un circuito de toma de decisiones simple y biológicamente generalizado, y hace que el comportamiento individual sea robusto a las fluctuaciones naturales en la exposición a la información errónea.

De esta forma, se evita que la desinformación en forma de falsas alarmas pueda propagarse de manera contagiosa a través de grupos.

Referencia

Wild animals suppress the spread of socially transmitted misinformation. Ashkaan K. Fahimipour et al. PNAS, March 28, 2023; 120 (14) e2215428120. DOI:https://doi.org/10.1073/pnas.2215428120