Astronomía

Un monstruoso agujero negro primordial oculto podría cambiar nuestra comprensión del Universo

Fue descubierto en una de las galaxias más extremas del Universo primitivo, que está formando estrellas a un ritmo vertiginoso

Recreación artística de un cuásar: el agujero negro primordial descubierto sería una forma temprana de estas fantásticas estructuras, de gran luminosidad y ubicadas en los confines del cosmos.

Recreación artística de un cuásar: el agujero negro primordial descubierto sería una forma temprana de estas fantásticas estructuras, de gran luminosidad y ubicadas en los confines del cosmos. / Créditos: ESO/M. Kornmesser.

Pablo Javier Piacente

El descubrimiento de un agujero negro primordial oculto, que posee mil millones de masas solares y se formó apenas 750 millones de años después del Big Bang, podría ser la "punta del iceberg" para descubrir las enormes estructuras cósmicas que se esconden en el Universo primitivo. Estos objetos modificarían nuestra comprensión de la formación de galaxias, demostrando que gigantescos cúmulos galácticos con estrellas maduras ya existían algunos cientos de millones de años después del Big Bang, mucho antes de lo indicado hasta hoy.

Un grupo de científicos estadounidenses descubrió una de las galaxias más extremas jamás registradas en el Universo temprano: denominada COS-87259, se ubica aproximadamente a 12.700 millones de años luz de la Tierra, en la constelación Sextans. La galaxia, inmersa en un frenesí de creación de nuevas estrellas, ocultaba un agujero negro supermasivo (SMBH) único en su tipo, que los astrónomos consideran como una variedad de agujero negro primordial desconocida hasta hoy. 

Según una nota de prensa del Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO), en Estados Unidos, la investigación podría aportar interesantes pistas sobre la formación temprana de estas enormes estructuras y cómo encontrarlas. El equipo de especialistas, liderado por Ryan Endsley, científico de la Universidad de Texas en Austin, empleó las instalaciones del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), considerado el telescopio más poderoso para observar el Universo “frío”, incluyendo el gas molecular, el polvo interestelar y las “huellas” de la radiación del Big Bang.

Un “monstruo” en sus entrañas

De acuerdo al nuevo estudio, publicado recientemente en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society (MNRAS), los investigadores destacaron que la galaxia COS-87259, a pesar de ser tan lejana y pertenecer a una etapa primaria del cosmos, brillaba intensamente en el infrarrojo medio. 

Esa luz intensa fue causada por la combinación de su formación estelar explosiva y la violenta actividad que rodea al agujero negro supermasivo, localizado en el centro de la galaxia. Ambos aspectos se relacionan con otros descubrimientos recientes, que también sugieren que el Universo primitivo podría albergar enormes galaxias y estructuras maduras, en períodos mucho más cercanos al Big Bang con respecto a lo indicado por las teorías cosmológicas más aceptadas. 

El agujero negro primordial identificado en la nueva galaxia, que se habría formado aproximadamente solo 750 millones de años después del estallido inicial, está envuelto en una gruesa capa de polvo interestelar y es un verdadero “gigante cósmico”, con mil millones de masas solares. 

Además, este SMBH cubre un área del cielo que abarca poco menos de diez veces el tamaño de la Luna llena vista desde la Tierra. Según los científicos, esto significa que podría haber miles de estos agujeros negros supermasivos o núcleos galácticos activos (AGN), esperando ser descubiertos en el corazón de las galaxias ocultas en el cosmos distante. 

Video: imágenes y explicación sobre el descubrimiento del nuevo tipo de agujero negro primordial. Créditos: NASASpaceNews / YouTube.

Sorpresas en el cosmos primitivo

Sin embargo, el agujero negro supermasivo de COS-87259 parece ser especial y único en su tipo, porque expulsa un chorro de material al espacio aproximadamente a la velocidad de la luz, de la misma forma que lo hace un cuásar. Esto indica que podría ser una especie de precursor de los cuásares y que existirían pocos agujeros negros primordiales de este tipo en todo el Universo. 

Por último, el autor principal del estudio, Ryan Endsley, destacó en el comunicado del NRAO que “los resultados de la investigación sugieren que los agujeros negros supermasivos muy tempranos estaban muy oscurecidos por el polvo cósmico, tal vez como consecuencia de la intensa actividad de formación de estrellas en sus galaxias anfitrionas”.

En consecuencia, su descubrimiento “es un paso importante hacia la construcción de una comprensión mucho más acabada de cómo los agujeros negros de miles de millones de masas solares pudieron formarse tan temprano en la vida del Universo", agregó Endsley.

En ese sentido, los enigmas referidos al cosmos primitivo y los recientes descubrimientos de galaxias masivas, repletas de estrellas maduras menos de 700 millones de años después del Big Bang, podrían estar indicando la necesidad de revisar algunos conceptos establecidos sobre la formación de galaxias y las características del Universo en sus inicios.

Referencia

ALMA confirmation of an obscured hyperluminous radio-loud AGN at z = 6.853 associated with a dusty starburst in the 1.5 deg2 COSMOS field. Ryan Endsley et al. Monthly Notices of the Royal Astronomical Society (2023). DOI:https://doi.org/10.1093/mnras/stad266