Dos galaxias entrelazadas en una intrincada danza gravitacional han creado una hermosa ilusión en las profundidades del espacio: se asemejan a los alarmantes serafines de seis alas de la antigua tradición judaica. En realidad, se trata de la fusión de galaxias que se ha denominado VV689, en el marco de un colosal evento cósmico dotado de una extraña elegancia.

Nuevas observaciones realizadas con el telescopio espacial Hubble de la ESA y la NASA han permitido identificar una monstruosa fusión galáctica: dos galaxias acoplándose lentamente hasta conformar una nueva mega galaxia. El sistema se ha bautizado oficialmente como VV689, y la simetría de la formación hace recordar a las alas de un ángel. Sin embargo, en realidad es el resultado de complejos procesos cósmicos.

El fenómeno marca claramente una fusión galáctica, que tiene lugar cuando dos galaxias se atraen gravitacionalmente a través de los abismos del espacio-tiempo, realizando una danza orbital cada vez más estrecha antes de unirse para formar una enorme súper galaxia. Las imágenes y la explicación aportadas por una publicación de la ESA son contundentes al respecto.

Video: el Hubble capturó una increíble fusión de galaxias, casi como una danza cósmica. Crédito: HubbleESA en YouTube.

Colisiones elegantes pero intensas

A diferencia de lo que podría pensarse, las fusiones de galaxias casi no incluyen colisiones o choques directos entre objetos materiales. Por el contrario, como las galaxias son mayormente espacio vacío, las colisiones que se concretan son diferentes: son las interacciones gravitatorias que pueden crear choques en el gas de formación de estrellas circundante las que producen emanaciones en el entorno de las galaxias, no una típica colisión de cuerpos extremadamente masivos. 

Durante la fusión galáctica, las estrellas y la materia oscura de cada una de las galaxias que intervienen son modificadas por la galaxia que se aproxima y produce la fusión. Sobre las etapas finales de la fusión, el potencial gravitacional y la forma de las galaxias comienzan a cambiar súbitamente. Lo hacen tan rápido que las órbitas de las estrellas se ven notoriamente afectadas y pierden “memoria”: no recuerdan la órbita que llevaban previamente.

Los astrónomos creen que estas fusiones son un aspecto vital del crecimiento y la evolución galáctica. A través de estos procesos, no solamente puede reactivarse la formación de estrellas en galaxias relativamente inactivas, sino que además estos eventos cósmicos podrían tener un papel protagónico en la expansión de los agujeros negros supermasivos, que luego de estas integraciones podrían alcanzar magnitudes épicas.

La historia de las galaxias

Ubicados en el corazón de las galaxias, incluyendo a nuestra Vía Láctea, los abismales agujeros negros supermasivos poseen un comportamiento que desconcierta a los científicos. Dotados con una masa del orden de millones o decenas de miles de millones de masas solares, los especialistas aún no pueden explicar al detalle cómo alcanzan esa impresionante densidad. De acuerdo a estas observaciones y estudios previos, fusionarse con otros agujeros negros supermasivos podría ser un camino hacia su increíble tamaño.

Según un artículo publicado en Science Alert, como la Vía Láctea ha sufrido una serie de colisiones en el pasado y todo indica que se fusionará con una galaxia vecina en el futuro, los investigadores creen que analizar las fusiones galácticas puede ser especialmente útil para reconstruir cómo ocurren estos eventos, algo que nos ayudaría a comprender la evolución de nuestra propia galaxia y del cosmos en general.