En Barcelona

La policía evita el suicidio de una mujer que se auto amenazaba con un cuchillo ante su familia

Una agente ayudó a la hija menor a calmar a su madre para que dejara de autolesionarse

Un agente de la Policía Nacional.

Un agente de la Policía Nacional. / SUBDELEGACIÓN DEL GOBIERNO EN VALLADOLID

Germán González

Una llamada a tiempo puede ayudar a salvar una vida. Una agente de Policía Nacional intervino para evitar el suicidio de una mujer en su domicilio de Barcelona. Su marido llamó desesperado al 091 y la atendió una policía que estaba en la sala del Centro Inteligente de coordinación Mando y Control de la Policía Nacional.

El hombre explicaba que su mujer estaba muy alterada y nerviosa, tenía un cuchillo de grandes dimensiones en la mano y amenazaba gritando con quitarse la vida en presencia de sus dos hijas de 15 y 18 años de edad.

El responsable del centro informó al 112 para enviar a una patrulla y a los servicios sanitarios, pero la agente siguió hablando con el marido que se encontraba muy nervioso, llorando y pidiendo desesperadamente ayuda para poder controlar la situación.

A la policía, el hombre le explicó que su mujer se encontraba en tratamiento psiquiátrico tomando medicación para una depresión, pero que nunca anteriormente la había visto en ese estado y que en ese momento sostenía un cuchillo de grandes dimensiones. Además, señaló que estaba haciendo amagos de cortarse y quitarse la vida, pasándole el cuchillo por el abdomen y las piernas delante de sus hijas.

La agente que le atendía al teléfono le fue dando indicaciones, pero ante el estado de nerviosismo del hombre, le solicitó que pusiera el manos libres para hablar con la mujer, si bien ella se negaba a escucharla y rehusaba conversar. Fue entonces cuando la hija menor decidió coger el teléfono y ayudar a su madre por lo que la policía se dirigió telefónicamente a ella dándole instrucciones para que pudiera calmar el estado de nerviosismo de su madre.

La agente le fue marcando las pautas a seguir a la niña, quien comenzó a hablarle a su madre de forma cautelosa pero cariñosa, pidiéndole que soltara el cuchillo y pudieran hablar tranquilamente. Finalmente, ante las palabras de su hija, la mujer desistió de su actitud, dejó caer el cuchillo y se abrazó a su hija comenzando ambas a llorar.

Al momento, llegó al domicilio una patrulla de la Guardia Urbana de Barcelona que se hizo cargo de la situación. La actuación policial permitió que la mujer desistiese de su actitud lesiva. Después recibió asistencia médica y psicológica.