En Valencia

El parricida de Sueca, condenado a prisión permanente revisable

Asesinó a su hijo de once años de 27 cuchilladas para causar “el mayor dolor de todos los imaginables” a la madre

El parricida de Sueca, ante el jurado.

El parricida de Sueca, ante el jurado. / Ignacio Cabanes

El veredicto de culpabilidad del jurado popular fue inapelable y así ha sido la sentencia. La Audiencia Provincial de Valencia ha impuesto la mayor pena que contempla el Código Penal a José Antonio A. C. por el asesinato su propio hijo, de solo once años, en abril de 2022 en Sueca. El ahora condenado le asestó 27 cuchilladas al pequeño Jordi para causar “el mayor dolor de todos los imaginables” a la madre.

Así, la sentencia lo considera autor de un delito de asesinato hiperagravado, con alevosía y ensañamiento, sobre una persona menor de 16 años, y con las circunstancias agravantes de parentesco y de discriminación por razón de género, en concurso ideal con un delito de lesiones psíquicas, por los que es condenado a la mayor de las penas, la prisión permanente revisable. La víctima no tuvo posibilidad alguna de defenderse por la desproporción de fuerzas y por lo inesperado que es que tu propio padre te ataque con un cuchillo, y además su muerte fue “innecesariamente dolorosa”, según declaró probado el jurado.

Asimismo le impone una prohibición de comunicarse en modo alguno y aproximarse a su exmujer a menos de dos kilómetros de distancia por un tiempo de diez años cumplida la pena. Mismo periodo en el que permanecerá en libertad vigilada.

Por el delito de maltrato psíquico y físico habitual a su esposa se le condena a otros dos años y cuatro meses de cárcel. Por otro delito de maltrato otros diez meses y diez días de prisión. Y por las amenazas dos años más de cárcel y el destierro de la localidad de Cullera durante cinco años. Por último, por el delito continuado de quebrantamiento de condena se le imponen otros diez meses más. En total seis años de cárcel que se suman a la prisión permanente revisable.

Dejó que su mujer escuchara el crimen en directo

El crimen de violencia vicaria se produjo el 3 de abril de 2022, en el domicilio del padre, en la localidad de Sueca, cuando José Antonio A. C., de 47 años, asesinó a su hijo, de once años de edad recién cumplidos, acuchillándolo repetida y profundamente con un cuchillo de cocina con una hoja de 12 centímetros de largo y 1,8 de ancho, en el cuello, cara, torso y cabeza. Además de 41 lesiones de defensa en manos y brazos y otros cortes, el pequeño recibió 27 cuchilladas en la parte delantera del cuello, dos de ellas mortales de necesidad, que le seccionaron la vena yugular y la arteria carótida.

Aunque tenía en vigor una orden de alejamiento y prohibición de comunicarse con su expareja por un episodio de malos tratos anterior, el acusado seguía acosando con mensajes y llamadas a su ex y la convenció para que le dejara el niño con la falsa excusa de celebrar con él el cumpleaños del pequeño. Era todo una encerrona y el asesino había planeado asestar el golpe definitivo a su exmujer, a la que despreciaba por ser mujer, matando al hijo común de ambos, que fue "el colofón de su deseo de dominación machista contra ella mantenido a lo largo de su matrimonio", remarca la sentencia.

A las 14.04 horas el menor envió un mensaje de WhatsApp a su madre diciéndole que si podía ir a por él. La mujer intentó en varias ocasiones ponerse en contacto con su hijo, llamándolo a su teléfono móvil, sin obtener respuesta, hasta que, a las 14.14 horas, el ahora condenado permitió que su hijo cogiese el teléfono móvil mientras procedía a acuchillarlo. La madre solo pudo oír cómo su hijo la llamaba con un grito: “Mamááááá...”, antes de cortarse la comunicación.

La sentencia ha tenido en cuenta esta especial crueldad del asesino machista, quien dejó que su expareja escuchara en directo cómo acuchillaba al hijo de ambos, lo que ella más quería, como el propio acusado reconoció en el juicio. De hecho, confesó que de no haberse separado su esposa, su hijo seguiría vivo. De ahí que el fallo contemple la agravante por razón de género.

No tenía afectadas sus facultades volitivas e intelectivas

El acusado fue examinado por dos médicas-forenses especializadas en psiquiatría adscritas al equipo de valoración mutidisciplinar de la UVFI y en una segunda pericial, efectuada por otros dos médicos forenses de la unidad de psiquiatría Forense del IML de Valencia, por petición de la Defensa. Y los cuatro expertos en psiquiatría descartaron que el asesino machista tuviera afectadas las bases psicológicas de la imputabilidad. Es decir, era plenamente consciente de lo que hacía.

“Aunque el mismo está diagnosticado de alcoholismo y con antecedentes de ideación probablemente patológica, descartaron totalmente que el encausado padezca deterioro cognitivo alguno a causa del consumo etílico”, añade la sentencia sobre la influencia del alcohol que trató de introducir la defensa.

"La plena consciencia de cuanto hacía" se acredita además por el hecho reconocido por el propio acusado en el juicio, que permitió que Jordi cogiese el teléfono, cuando lo estaba acuchillando, para que su madre lo oyese gritar pidiendo auxilio.

Sin atenuantes

La sentencia tampoco contempla ningún tipo de atenuante para el acusado, ni el reconocimiento de hechos, ni la reparación del daño tras supuestamente haber ofrecido la escritura de donación del inmueble en el que precisamente cometió su brutal asesinato. En este sentido el jurado ya se pronunció y consideró que ello constituya la atenuante de “haber procedido el culpable a reparar el daño ocasionado a la víctima, o disminuir sus efectos, en cualquier momento del procedimiento y con anterioridad a la celebración del juicio oral”. Asimismo no consta acreditado que dicho “ofrecimiento” sea real.

Las secuelas psicológicas de la madre

Con su crimen el condenado causó a su exmujer un dolor tan intenso, que desde entonces la mujer sufre un trastorno adaptativo por duelo, por el asesinato de su único hijo, por la forma en que murió y por la persona que lo cometió, su expareja y padre del niño. Por todo ello María Dolores presenta “un cuadro ansioso depresivo importante consistente en miedo, nerviosismo, llanto, tristeza, ánimo fluctuante, desesperanza , anhedonia (incapacidad para disfrutar de las cosas agradables de la vida y de experimentar placer) culpabilidad e incluso ideación suicida compatible con un trastorno depresivo, para el que precisa tratamiento psicológico, psiquiátrico y farmacológico”. Por ello el acusado, en concepto de responsabilidad civil, deberá indemnizarla con medio millón de euros. Dinero que en modo alguno podrá compensar la muerte del pequeño Jordi. El único consuelo que le queda a la familia es saber que su asesino ha sido condenado a la mayor pena posible, que solicitaban el Ministerio Fiscal, la acusación particular, ejercida por la letrada Reyes Albero, y el abogado de Generalitat, Francisco Raimundo, de la acusación popular. Porque un crimen como el de Jordi es un atentado contra todas las mujeres y el más extremo y doloroso ejemplo de la violencia vicaria.

Ante la violencia machista, 016

El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia de género las 24 horas del día, todos los días del año. En este teléfono encontrarás la ayuda de especialistas en múltiples idiomas. Si tú o alguien que conoces es víctima de violencia física, psicológica, sexual, económica o de cualquier otra índole llama: el número no se queda registrado en la factura telefónica.

En caso de necesitar ayuda urgente, en el 112 los equipos de Emergencias te auxiliarán con rapidez.