Tribunales

Diez años de prisión por incendiar la casa con su mujer, su hija y su nieta dentro

El fallo considera que el condenado puso en riesgo la vida de sus familiares cuando prendió fuego en el garaje del domicilio, en Riba-roja, porque quería "presionar" en el proceso de divorcio

El condenado por prender fuego a la vivienda donde estaban su mujer, su hija y su nieta, en Riba-roja.

El condenado por prender fuego a la vivienda donde estaban su mujer, su hija y su nieta, en Riba-roja. / IGNACIO CABANES

Condenado a diez años de prisión por un delito de incendio con riesgo para las personas tras reconocer en el juicio que prendió fuego al garaje del domicilio familiar, en Riba-roja del Túria, "sabiendo que en ese momento su esposa, su hija y su nieta –de solo seis años– se hallaban en el interior de la vivienda". Aunque el acusado insistió en que no tenía intención de causarles ningún daño y que sabía que el incendio no se podía propagar al resto del inmueble, la Sección Primera de la Audiencia Provincial de València aprecia que el fuego provocado por el procesado supuso un claro "riesgo para la vida e integridad de los moradores de la vivienda".

Así lo determinó el informe pericial realizado por la Guardia Civil, en el que se concluye que existió un peligro real para la esposa, la hija y la nieta del acusado. De hecho, la sentencia remarca que uno de los focos del fuego estaba muy próximo a un depósito de gasoil lleno, que abastecía a la caldera del sistema de calefacción, y el segundo foco junto al vehículo estacionado en el interior del garaje, "circunstancias que aumentaban la carga térmica". De igual modo se puntualiza que "el fuego no llegó a evolucionar por la rápida intervención de los medios de extinción".

La Sala no aprecia la agravante de discriminación por razón de género pese a sus acciones machistas

El Ministerio Fiscal solicitaba una pena de 21 años de prisión por los delitos de incendio, amenazas, maltrato familiar y un delito continuado de vejaciones injustas. No obstante, la defensa de Ildefonso G. F., ejercida por la letrada Andrea Sáez, del despacho Sánchez Abogados, ha logrado que se le absuelva de un delito de maltrato y que se le rebajen considerablemente el resto de penas solicitadas, al aplicarle la circunstancia atenuante de reparación del daño tras consignar 30.000 euros para hacer frente al pago de la responsabilidad civil.

Ya había amenazado con prender fuego a la casa

De esta forma, a los diez años de cárcel por la autoría del incendio se le suman seis meses de prisión por el delito de amenazas, ya que tres años antes de la noche del incendio –14 de noviembre de 2021– ya le había amenazado con prender fuego a la casa. Hecho que hizo que la víctima demorara su intención de solicitar el divorcio "por miedo", como ella misma confesó.

Con el mismo "ánimo de amedrentar y causar desasosiego a su esposa", el ahora condenado le dijo que le iba a contar a su hija que era adoptada –lo cual ella desconocía– y así lo hizo de la forma más cruel. "Tu madre era una puta y tuve que pagarle para que no te matara".

Se burlaba de ella y la llamaba "beata mala"

Además se le imponen quince días de localización permanente por el delito continuado de vejaciones injustas al quedar probado que desde principios de los años 90 el acusado "profirió a su esposa continuos insultos, faltas de respeto, desprecios, provocaciones y burlas sobre sus creencias religiosas y mantuvo hacia ella una actitud absolutamente despectiva y vejatoria".

Por último se le condena a 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad por un maltrato leve por un puñetazo que le dio a su mujer en el hombro izquierdo, "sin que conste que le causara lesión".

El fallo no contempla la agravante de discriminación por razón de género en los delitos de incendio y amenazas al argumentar la Sala que este vecino de Riba-roja de 75 años no actuó así por machismo sino "movido por su convencimiento de que le habían quitado todos sus bienes y le habían dejado sin nada". Dando así por válida la tesis que mantuvo el acusado en el juicio, que quería "presionar" en el proceso de divorcio para que no su exmujer no se quedara con la casa "que había hecho él con su trabajo".

Este pensamiento, claramente machista, achacando a su mujer que ella no trabajaba y que era una "beata mala", se refleja también en lo que el propio acusado reconoció en Sala. "Si esa vivienda no era para él no iba a ser para nadie".