Un puñetazo en La Romareda dejó tuerto a un aficionado: "Se volvió loco"

Un socio acusa a otro de dejarle ciego de un ojo por saltarse la fila de acceso al estadio

La acusación pide siete años de cárcel y una indemnización que asciende a 70.000 euros

Óscar C, ayer, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza.

Óscar C, ayer, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza. / EL PERIÓDICO

El Periódico de Aragón

Un incidente a las puertas del estadio de La Romareda antes de un partido del Real Zaragoza contra el Éibar en diciembre de 2021 acabó ayer con Óscar C. en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza. El desencadenante de este procedimiento penal fue un presunto puñetazo en los accesos de la puerta 16 cuando el procesado le recriminó al denunciante que se había colado en la fila. «Nadie me dijo nada y este señor me hizo una cruzada que no entiendo a día de hoy. Se volvió loco. Empezó a lanzarme puñetazos y uno de ellos me alcanzó», declaró la víctima. «Yo no le pegué en ningún momento. Estábamos esperando en la fila tranquilamente y vimos cómo este señor se colaba», sostuvo el acusado.

En cualquier caso, no fue un puñetazo al uso. La víctima había sido intervenida quirúrgicamente de cataratas años atrás y llevaba implantada una lente ventricular que se desplazó como consecuencia del golpe recibido en el reborde óseo, que también provocó la rotura del esfínter pupilar y, por consiguiente, la dilatación de la pupila. Como consecuencia de la concatenación de estos efectos, el denunciante ha perdido por completo la visión del ojo izquierdo y tiene reconocida una inacapacidad permanente total.

Todo ello lo corroboraron los profesionales del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa), quienes acreditaron las lesiones y las secuelas que arrastra la víctima. A nivel externo, los peritos constataron una herida incisa de cuatro centímetros sobre la ceja y, a nivel interno, pormenorizaron los efectos de la dilatación de la pupila que desembocaron en la ceguera del ojo izquierdo. «El puñetazo tuvo que ser fuerte por la entidad de las lesiones que sufrió», resumieron los forenses, quienes tildaron de «compatible» las secuelas con un «puñetazo fuerte».

Tanto la Fiscalía como la acusación particular a cargo de Araceli Esteban solicitan que Óscar C. sea condenado a siete años de cárcel como autor de un delito de lesiones. La indemnización asciende a 64.750 y 70.000 euros, respectivamente, en concepto de responsabilidad civil por los daños morales y las secuelas. Precisamente, la víctima se ha visto obligada a dejar de trabajar como oficial de primera en una empresa de telecomunicaciones.

Los hechos referidos se remontan a primera hora de la tarde del 6 de diciembre de 2021, minutos antes del inicio del partido a las 16.00 horas. «Fui a La Romareda y mi prioridad era entrar porque dentro tenía a un sobrino con los dos pequeños», explicó el denunciante al tribunal provincial de la Sección Tercera, presidido por el magistrado José Ruiz Ramo. «Nadie me dijo nada (por colarse), pero él se fue hasta los tornos muy aireado para decirle a los de seguridad que una persona se estaba colando y no le hicieron caso», indicó. «Él ya estaba para entrar y empezó a increparme otra vez. Ahí empezó un forcejeo e intenté apartarlo con tan mala suerte de que le di un manotazo», prosiguió el denunciante.

El siguiente episodio de este rifirrafe fue el puñetazo denunciado, si bien el acusaso negó que le propinara el citado golpe –«en ningún momento; yo soy tranquilo», reiteró– e incluso manifestó a los magistrados que se vio acorralado en uno de los postes de los focos de luz. «Estábamos esperando en la fila tranquilamente y vimos cómo este señor se colaba. No le dejamos que se colara por delante y se puso justo detrás de mí. Le dije que respetara la cola, me dio un bofetón, me arrinconó y me dijo ‘¿tú que te crees: Policía o juez, gilipollas?’», finalizó.