Penitenciaría

Los médicos no quieren trabajar en la cárcel: el penal de Campos del Río tiene tres para 1.100 reclusos

En el penal más grande de la Región faltan al menos cinco facultativos, pero ninguno quiere trabajar tras los muros: Interior solo logra cubrir siete de las últimas 80 plazas ofertadas en toda España

Dependencias sanitarias en el interior de la cárcel de Campos del Río, la más grande de la Región, junto a una ventana con rejas.

Dependencias sanitarias en el interior de la cárcel de Campos del Río, la más grande de la Región, junto a una ventana con rejas. / G.Nicolás

Ana Lucas

Ana Lucas

En la cárcel de Campos del Río hay 1.100 internos y solo trabajan tres médicos. Dado el volumen de población reclusa, sería necesario contar con «por lo menos ocho», según los cálculos del adjunto a la Secretaría General Nacional de Acaip y portavoz de este sindicato en la Región, Fran Mauri. Sin embargo, los sanitarios parecen no estar por la labor. Y es que el Ministerio del Interior lanzaba recientemente una oferta pública de empleo y pinchaba: en toda España, solo lograba cubrir siete de ochenta plazas ofrecidas. Mauri opina que los facultativos no quieren trabajar en los penales «por desconocimiento del medio» y porque sienten «miedo».

«Ir a trabajar donde tienen lo ‘mejorcico’ de cada casa les da reparo», considera el sindicalista y funcionario de prisiones, que considera que los «dos mil y pico de euros» que cobraría al mes un médico de la cárcel es un sueldo bajo. «Si tienes que llevar todas las urgencias, tener en cuenta que tienes que trabajar haciendo guardias, pasar consultas, ver a los ingresos, ver a los aislamientos… y son 1.100 internos, por mucho que quieras...», comenta al respecto el funcionario.

Actualmente en Campos del Río trabajan «un médico por la mañana y otro por la noche», además de cuatro enfermeros, también con sus turnos. Como falta personal, en algunos tramos del día no hay nadie de forma presencial. «Hay momentos en los que no hay médico: por las noches nunca, hay guardias localizadas y hay un enfermero, para cualquier tipo de problema que haya», manifiesta Fran Mauri.

Un asunto de dinero

A su juicio, la situación estaría «algo mejor» si se diese el caso que «las competencias del servicio sanitario en las prisiones estuvieran transferidas a la Comunidad Autónoma». Esto es, que se vinculen con el Servicio Murciano de Salud (SMS) en vez de con el Ministerio de Marlaska. De esta manera, quienes se presentasen a una oposición para cubrir plazas en la Región podrían ser destinados al penal más grande de la Región (en Sangonera no están colapsados, pues hay algo más de 300 internos y dos médicos). 

Sin embargo, las competencias no se transfieren, según Fran Mauri, por un «tema de dinero», ya que «el Ministerio tiene que pagar a la Comunidad para hacer el traspaso, y no quiere».

A Campos del Río va un psiquiatra «una vez a la semana», pese a que «la mayoría de los internos sufre alguna patología mental» y padecen «brotes», afirma Fran Mauri. Psicólogos hay dos y muchos presos piden verlos. «Pero no es posible verlos a todos, por más que quieran».

Un psiquiatra va solo una vez a la semana

A Campos del Río va un psiquiatra «una vez a la semana», pese a que «la mayoría de los internos sufre alguna patología mental» y padecen «brotes», afirma Fran Mauri, portavoz de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias en la Comunidad murciana. 

Psicólogos hay dos y muchos presos piden verlos. «Los psicólogos están ahí a diario, pero no es posible verlos a todos, por más que quieran. No es que ellos no trabajen, es que no hay manera humana de poner verlos, son 1.100 personas, insiste Fran Mauri». Esta situación deriva en episodios de agresividad por parte de los reclusos, que se acaban atacando entre ellos o a los trabajadores del penal.