Entrevista | Alfonso Sánchez Agente Tutor de Totana

"Cuando se destapó el caso de abusos en el instituto, me sentí decepcionado de no haber podido hacer nada antes"

El policía Alfonso Sánchez, clave en la detención del profesor de Educación Física investigado, subraya que "es necesario reforzar las figuras de referencia para los jóvenes, para que puedan acudir a trasladar hechos como estos"

Alfonso Sánchez, policía local en Totana y Agente Tutor.

Alfonso Sánchez, policía local en Totana y Agente Tutor. / R.D.C.

Ana Lucas

Ana Lucas

A mediados de abril, la Policía Judicial de la Guardia Civil arrestaba a un profesor de un instituto de Totana acusado de agredir sexualmente a una docena de alumnas. Fue el Agente Tutor de Totana el que dio la voz de alarma, tras tener conocimiento de que varias estudiantes habrían sufrido tocamientos por parte del docente, un sujeto de 46 años que impartía la asignatura de Educación Física. Este agente, policía local del municipio, es Alfonso Sánchez, que charla con La Opinión sobre su labor y sobre el día a día de los adolescentes en las aulas.

¿Cuáles son las principales labores que desarrolla el Agente Tutor con los adolescentes?

La principal función que desarrollamos como agentes tutores es la prevención, detección e intervención en las conductas que puedan suponer un riesgo directo para el desarrollo del menor. Siendo esta la premisa, esta labor se desarrolla desde la perspectiva social de la creación de vínculos de confianza con los menores, con el fin de que exista una cercanía entre las visiones adultas y adolescentes de la realidad local.

¿Es muy difícil ganarse la confianza de los adolescentes y conseguir que se abran? ¿O tienen reparos o prejuicios ante la presencia policial?

Lo más difícil es eliminar esas barreras que todos tenemos, ya sea por cuestiones sociales o culturales, al final si tú mismo crees que no debe de existir ninguna etiqueta asociada a la idea de policía, que no sea la de servicio, debes de conseguir que también para los jóvenes no exista ninguna idea predeterminada sobre la Policía. Partiendo desde esa posición de igualdad (con los principios propios de autoridad inherentes), debemos conseguir acercarnos a estos, básicamente porque nuestro objetivo es ayudarlos. 

"Debes de conseguir que para los jóvenes no exista ninguna idea predeterminada sobre la Policía"

En general, y según su experiencia, ¿cuáles son los principales problemas que preocupan a los adolescentes hoy en día?

Intentar describir los principales problemas que afectan a los jóvenes hoy es muy complejo, pero hay una palabra que engloba a la mayoría de ellos: la violencia. La normalización de esta y su posterior integración en sus vidas desde su inicio de forma directa o indirecta, influye en sus relaciones sociales, haciendo que este presente y que afecte a su desarrollo. La realidad es que la vida que les ha tocado vivir a nuestros jóvenes cada año es completamente distinta a la que por ejemplo tuve que vivir yo, y así sucesivamente. Tenemos que plantearnos que esa característica de plasticidad que define la forma de pensar de un adolescente y que se va difuminando, en algunos casos, con la edad, es fundamental para entender cuales son las necesidades o los retos que afectan a los jóvenes hoy. Este replanteamiento resulta prioritario para intentar abordar la realidad de las vidas de los jóvenes.

La tecnología está muy presente en el día a día de los menores. ¿Usted denota que puede suponer un riesgo a la hora de hacerlos más susceptibles de ser víctimas de un hecho delictivo o de cometerlo?

La tecnología en la que vivimos inmersos (con la que nuestros adolescentes ya han nacido), ha supuesto unos avances que sin duda han cambiado nuestra forma de entender el mundo, de comunicarnos, en definitiva de relacionarnos. Los seres humanos somos seres sociales, es decir necesitamos pertenecer a un grupo de iguales para poder desarrollarnos en plenitud. El principal problema que tenemos con las nuevas tecnologías (principalmente,la integración masiva del smartphone en nuestra vida cotidiana), es como con otros grandes avances en la historia, que no conocemos en su totalidad el impacto que ha supuesto para nuestras vidas, y por ende, para las de nuestros jóvenes. Esto supone un cambio de paradigma, unido a la reciente pandemia mundial, ha generado un caldo de cultivo, como poco, complicado para el desarrollo de nuestros jóvenes. Cuando realizo alguna sesión con padres y adultos siempre hago referencia a la idea de que a nadie se le ocurriría regalar un arma a un niño de 6 años; sin embargo, ponemos en sus manos una herramienta, tan poderosa, tan importante y desde luego, tan peligrosa, como un móvil. Tenemos que entender el alcance de la irresponsabilidad que supone no supervisar, comprender y adaptar el uso de los dispositivos móviles para los jóvenes. Hemos creado una herramienta capaz de cambiar el mundo, pero por desgracia, lejos de vivir en una sociedad más cohesionada, creo que, en ocasiones, a pesar de que, en las redes sociales, lo jóvenes cuentan en miles los likes o los seguidores, nuestros jóvenes viven más soledad que antes, socializan menos con su realidad inmediata y más con una realidad paralela. Estos factores sin duda alguna han afectado de forma exponencial en la aparición de dependencias o otras enfermedades de salud mental que suponen una merma en la calidad de vida de nuestros jóvenes y que debemos abordar.

"A nadie se le ocurriría regalar un arma a un niño de 6 años, pero le damos un móvil"

En Asturias se investiga un terrible suceso: la muerte de una joven de 20 años que dejó una nota en la que hablaba de que el acoso escolar que sufrió la empujaba al suicidio. ¿Cómo considera que ha de abordarse esta problemática del bullying en las aulas? ¿Por qué no se ataja esta lacra?

Como he mencionado antes hay una palabra que engloba muchas de las conductas de riesgo que afectan a nuestros jóvenes hoy: la violencia. El abordaje de la violencia parte de la 'desnormalización' de esta como parte de la convivencia de nuestros jóvenes. Tenemos que dotar de herramientas necesarias a nuestros jóvenes (desde sus primeras etapas), para que rechacen por completo cualquier conducta violenta, conductas que a veces vienen reproducidas por estereotipos sociales o culturales. Debemos crear figuras de referencia para los jóvenes en las que poder apoyarse que rehúsen la violencia y realcen otros valores tan necesarios como la empatía o la resiliencia. El acoso escolar es una realidad, a pesar de que solo se muestra cuando por desgracia culmina en la triste desaparición de un ser humano. Tenemos que plantearnos como conjunto de sociedad, cuales son nuestras verdaderas prioridades, y creo sin duda, que la lucha contra la violencia en todas sus manifestaciones, como el acoso escolar, es sin duda alguna prioritaria.  Una de las razones sobre porque no se ataja esta lacra es porque se suele silenciar, o simplemente se suele meter en el cajón de “esto no me pasa a mi o a los míos”. Esta visión individualista de la propia sociedad presupone una falta completa de empatía y es origen de esta grave problemática. 

Gracias a la labor del Agente Tutor, se destapó en Totana un escabroso caso ya judicializado: el de los abusos sexuales relatados por una docena de alumnas. ¿Cómo se sintió usted cuando las víctimas le confiaron lo que sucedía?

Me sentí profundamente decepcionado, no solo conmigo, por no haber podido hacer nada antes para ayudar, sino como parte de la sociedad. Es muy grave que algo tan doloroso, y algo en lo que debemos ser tan cautos (no olvidemos que se trata de un proceso en curso), solo acabe generando un morbo perverso, cuando lo único que debería generar es decepción. Estos hechos no deberían ocurrir en ningún sitio, y desde luego, cualquier persona debería poder estar tranquila que si los pone en conocimiento se tratará con las garantías que proceden y con el respeto que merecen. Sobre como me sentí, en cierto modo, orgulloso de poder formar parte a la hora de hacer traslado de una información que supone un hecho de gravedad sin precedentes en nuestra localidad, pero como he mencionado antes, muy triste por todos los testimonios, debemos dejar que sea la autoridad judicial la que siga con el procedimiento hasta sus extremos oportunos. Evidentemente si podemos extraer algún aprendizaje de esta situación es que es necesario reforzar las figuras de referencia para los jóvenes, no solo para que puedan acudir a trasladar hechos como estos, sino para que simplemente puedan apoyarse en una figura de referencia que de alguna manera, pueda influir de forma positiva en su desarrollo.

¿Ha sido el caso más duro que ha tenido en su carrera como Agente Tutor?

En mi experiencia profesional y con la realidad social que tenemos en nuestra localidad, he tenido que abordar muchas situaciones de gran complejidad, lo más duro no es ayudar en lo necesario, lo más duro en intentar reconducir algunas situaciones intrafamiliares que son descorazonadoras. En nuestro trabajo diario muchas veces vemos la peor parte del ser humano, pero de forma análoga, también podemos observar, y a veces palpar, la esperanza, esto es muy valioso y hace que el trabajo que desempeño tenga sentido y me dan la fuerza necesaria par continuar. 

¿Qué mensaje mandaría a las alumnas que son víctimas de un delito en su entorno escolar y no se atreven a contarlo?

Todos somos responsables del modelo de sociedad que tenemos en la actualidad, en mayor o menor medida y todos debemos actuar para mejorarla. El mensaje que puedo trasmitir es que hay muchos profesionales que trabajan día a día para ayudar a zanjar estas situaciones y que es necesario decirlo para poder combatirlo. Es normal que sea difícil hablar sobre las cosas que afectan a los menores, no solamente en casos de extrema gravedad como este, sino en general, existe una barrera invisible entre la realidad que viven los jóvenes y la que vivimos los adultos, vencer esta barrera es la base para la creación de estos vínculos de confianza que hacen que sea posible que el menor pueda contar lo que ocurre, sin miedo a ser juzgado o condicionado, simplemente escuchado.

Diferentes agentes tutores, en una reunión de la asociación nacional que los agrupa.

Diferentes agentes tutores, en una reunión de la asociación nacional que los agrupa. / R.D.C.

¿Qué cree que falta por hacer a la hora de acercar la figura policial a las aulas? 

Precisamente eso, acercar esta figura a las aulas y desde las primeras etapas del colegio, es necesario cambiar la percepción del concepto policial como figura opresora a una visión mas social. Nuestros pequeños deben crecer junto a una figura que, sin perder el principio de autoridad, sea cercana y acompañe en el proceso de desarrollo del menor. Se debe reforzar la presencia de Agentes Tutores en las aulas y fuera de ellas. Yo formo parte de una asociación ANAT (asociación nacional de Agentes Tutores) y ARAT (asociación regional de Agentes Tutores) y esta es la base del trabajo en el que estamos inmersos. Afortunadamente cada vez más, esta familia va creciendo.