Sucesos

Cae en Murcia una red de trata que obligaba a jóvenes a prostituirse las 24 horas

Tres personas han sido detenidas en la capital de la Región y otra más en Alicante

Vehículos policiales estacionados junto a la Comisaría Provincial de Alicante.

Vehículos policiales estacionados junto a la Comisaría Provincial de Alicante. / DELGADO

P. Cerrada

Con disponibilidad las 24 horas del día y obligadas a ejercer la prostitución aunque estuvieran enfermas, con infecciones vaginales o en pleno periodo de menstruación. Así se encontraban jóvenes colombianas explotadas sexualmente por una organización que las captó con falsas promesas en su país de origen y les exigía prostituirse bajo otras condiciones en una casa de citas de Alicante, todo ello para saldar una deuda de 3.000 euros en concepto de gastos del viaje desde Colombia hasta España. 

La denuncia de una víctima que ha declarado en calidad de testigo protegida ha permitido a la Policía Nacional detener a cuatro personas en Alicante y Murcia como integrantes del grupo criminal de trata de seres humanos con fines de explotación sexual y se busca a otros cuatro implicados, entre los que figuran un varón colombiano y su mujer, considerados como los cabecillas de la red. Esta pareja, cuya hija de 20 años fue detenida en Murcia, viajó a su país y no ha regresado hasta el momento. El juzgado de Instrucción número 9 de Alicante supervisa la investigación policial y presumiblemente solicitará a las autoridades de Colombia la extradición de estos implicados en la red de prostitución, los cuales se quedaban con la mitad de las ganancias obtenidas por las jóvenes prostituidas, según la investigación policial.

La única detenida en Alicante es una mujer colombiana de 38 años que también vino de su país para ejercer la prostitución y acabó como encargada de la casa de citas, donde la Policía localizó anotaciones sobre los ingresos por los servicios sexuales. El juzgado, dado el riesgo de fuga de esta mujer al tener comprado un billete de avión para regresar a Colombia, acordó su ingreso en prisión tras tomarle declaración asistida por el abogado Antonio Gascón Castillo.

La testigo protegida afirma que debía tener los contactos aunque estuviera enferma o con infecciones vaginales

La testigo protegida que destapó este nuevo caso de trata de seres humanos con fines de explotación sexual sabía que iba ejercer la prostitución cuando aceptó la oferta en su país, pero las condiciones que le prometieron como «dama de compañía» no se cumplieron desde que aterrizó en España. La joven, como tantas otras mujeres en situación de vulnerabilidad en países de Sudamérica, se vio abocada a aceptar la propuesta de trasladarse desde Colombia para ejercer la prostitución en un piso de Alicante controlado por el grupo.

La testigo protegida convivía en Colombia con su madre y una hermana y dadas las necesidades económicas que tenía la familia para poder sobrevivir acabó en los tentáculos de uno de los numerosos grupos dedicados a la explotación sexual de jóvenes. Se encontró con una compañera de estudios que le ofreció la posibilidad de trabajar en España con una familiar que ya estaba en la península y se dedicaba a localizar chicas colombianas en situación de vulnerabilidad.

Facilitó su teléfono y la tía de su amiga se lo dio a su vez a un matrimonio colombiano residente en Murcia que la Policía considera como máximos responsables del grupo al ser los que recibían las ganancias de los contactos sexuales en un piso de la calle General Espartero de Alicante.

La denunciante nunca había ejercido la prostitución, pero le prometieron que iba a tener una vida normal, que podría salir libremente de la vivienda y que ella misma podría decidir si aceptaba o no a los clientes en la casa de citas, por lo que aceptó la oferta. Los gastos del viaje se elevaban a 3.000 euros y debía ir saldando la deuda con las ganancias de la prostitución. La joven viajó de Bogotá a Barcelona junto con otra compatriota y una vez en España las trasladaron hasta Alicante.

Ambas llegaron a la vivienda, donde estaba una mujer como encargada, y al día siguiente apareció en la casa el matrimonio ahora buscado y uno de los detenidos en Murcia, el cual se encargó de realizarles fotografías de contenido erótico y en actitud provocativa para publicarlas luego en páginas donde se anuncian servicios de prostitución.

Después de instalarse en la casa de citas comprobó que las condiciones no eran las que le dijeron en su país. Tenía que estar disponible para los clientes las 24 horas del día y no podía rechazarlos aunque no fueran de su agrado. Tampoco podía negarse a llevar a cabo las prácticas sexuales que exigían los clientes. Así estuvo tres meses prostituyéndose hasta que pudo pagar la deuda.