La semana pasada saltaba la sorpresa: las monjas accedían devolver las piezas que se llevaron del monasterio de Mula hasta Elche, aunque pedían a cambio de que les quitasen o al menos rebajasen la multa que les cayó en 2021 por este expolio. El Ayuntamiento de Mula "se ha movido, denunciado y estado al pie del cañón en todo momento”, como expresaba entonces su concejal de Cultura, Diego Boluda. Este martes, por fin, es el día de la recuperación.

El arqueólogo municipal de Mula se desplazó hasta Elche, para supervisar cómo operarios cargaban en un camión las obras de arte que ya están en el Convento de La Encarnación. Ya han llegado. Son 82 piezas, según el jefe del Servicio de la Dirección General de Patrimonio, Gregorio Romero. Fueron descargándolas de los vehículos y subiéndolas al convento, en tres viajes. El traslado y los seguros, a cargo de las Clarisas.

Las monjas únicamente permitieron a los técnicos de Patrimonio acceder al interior del templo en el día de la devolución, algo que despertó gran expectación en el pueblo y el resto de la Región.

Labor de los técnicos será ahora comprobar si las obras están en buen estado de conservación y si están todas las que se llevaron sin permiso antes de que estallase la pandemia de covid.

En junio de 2021, la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia multaba a la abadesa del Monasterio de Santa Clara de Elche con 100.001 euros por el traslado, sin autorización, de las obras de arte de La Encarnación de Mula fuera de esta Región. Así lo trasladó Patrimonio Cultural al Ayuntamiento de Mula tras la orden resolutoria del expediente sancionador nº 11/2020 contra la abadesa.

Camión en el convento de Elche, donde las religiosas llevaron las piezas hace más de dos años. AXEL ÁLVAREZ

Según dicho expediente, se incurrió en una infracción administrativa grave cuyos hechos han resultado probados a lo largo del proceso sancionador. Ya hace tres años, la Dirección General de Patrimonio Cultural, era alertada del posible cierre del Real Monasterio de la Encarnación de Mula y de que su comunidad religiosa se iba a fusionar con el convento de Elche. Derivado de ello, se advirtió que se estaba realizando un supuesto traslado de las piezas histórico-artísticas y obras de arte desde Mula hasta Elche sin permiso.

Este asunto empezó antes que el coronavirus. Del patrimonio de los muleños faltan desde hace más de dos años decenas de piezas: un Cristo de marfil, varias esculturas del Niño Jesús (entre ellas una de Roque López) y cuadros de primer orden como los retratos del rey Felipe V y de la reina María Luisa de Saboya, así como lienzos de temática religiosa, entre otras.

Un legado de más de 400 años

Han sido casi tres años de reclamaciones y una sentencia sancionadora a la abadesa de la orden, hasta que finalmente las piezas llegaban hasta Mula inventariadas y catalogadas una a una entre relicarios, esculturas, cuadros, casullas y un sinfín de obras de arte que forman parte del legado de la orden durante más de 400 años asentadas en Mula, pero que deben permanecer en el BIC del Real Monasterio de La Encarnación.

Una importante representación de autoridades locales, el director general de Patrimonio y técnicos de ambos organismos recepcionaban a primera hora de la mañana las piezas en el monasterio que la orden de Santa Clara tiene en Elche. Tras ser trasladadas a Mula en un camión de grandes dimensiones hubo que utilizar una furgoneta de menor tamaño para, en tres desplazamientos, regresar las piezas hasta el monasterio atravesando las escarpadas y estrechas calles del casco histórico de Mula.

En el interior del convento se encontraban las Hermanas Comunicadoras Eucarísticas del Señor, la orden colombiana que actualmente reside en el convento, y una delegación de hermanas clarisas, entre ellas la abadesa, que no se dejaron ver.

Todos los costes del traslado de las 82 piezas, embalajes y seguro de transporte han corrido a cargo de las hermanas de Santa Clara, según un acuerdo entre la consejería de Cultura y la Orden tras anunciar su devolución.

Desde la Dirección General de Patrimonio, Pablo Braquehais resaltaba que desde el primer momento siempre habían entendido que las monjas habían actuado de buena fe y, una vez establecidas las reuniones y ocupado el convento otra orden, devolver las piezas.

Por su parte, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Mula, Diego Boluda, se mostraba satisfecho de que finalmente las piezas volvieran al convento. “Dentro del trabajo por la recuperación del patrimonio en el que viene trabajando Mula, tener nuevamente las piezas aquí es, sin duda, una gran noticia”, explicaba al tiempo que agradecía la coordinación y trabajo que habían desempeñado durante todo este tiempo los técnicos de Patrimonio y del Ayuntamiento de Mula para la recuperación de estas obras de arte.

El jefe de servicio de la Dirección General de Patrimonio, Gregorio Romero, explicaba que tras depositarse las piezas en el interior del convento estaban siendo las propias hermanas quienes estaban comprobando el estado de las piezas tras el traslado y, junto a técnicos de la administración comprobando que las piezas fueran las que se encontraban inventariadas.

Del mismo modo, explicaba que había podido ver el estado en el que se encontraba el convento y que habían hablado de la reparación de unas cubiertas que estaban afectadas y en mal estado y para lo que habían hablado de que éstas presentaran una solicitud formal de actuación en colaboración con Patrimonio y el Ayuntamiento de Mula.

A partir de este momento, y dado a que el convento ya no está ocupado por una orden de clausura, se abre una nueva oportunidad para poder visitar el Real Monasterio y el gran legado histórico y patrimonial que alberga, aunque, como resaltaba Boluda, “ese es un segundo capítulo que habrá que empezar a andar”.