Las facultativas del servicio de criminalística que analizaron un fragmento de la piel de la anciana asesinada a navajazos en su vivienda en Abarán en abril de 2019 han declarado al intervenir como peritos en el juicio contra su sobrino-nieto que alguna de las heridas llegó hasta la laringe y otra afectó al cartílago tiroides.

La anciana, de 82 años cuando ocurrieron los hechos, sufrió cortes en el cuello, alguno de los cuales era también penetrante.

Al ser preguntadas sobre la posible arma utilizada en la agresión por la que se juzga a su familia, han explicado que las lesiones son compatibles con una navaja u otra arma blanca de borde cortante y muy afilado.

En esta nueva sesión del juicio ha intervenido otra facultativa del mismo servicio que analizó el contenido gástrico que tenía la víctima cuando se encontró su cadáver tres días después del óbito y que ha asegurado que contenía líquidos y algunos sólidos que podrían corresponder a frutas y de verduras.

Otra prueba practicada este lunes ha sido el análisis de los cabellos de la fallecida, junto con otros dubitados, cuyas autoras, del mismo servicio, han explicado que los cabellos indubitados lo son porque se demostró que correspondían a la víctima, mientras que respecto de otros, recogidos en una de sus manos, por sus características, podrían tener el mismo origen, sin que puedan asegurar que sean de una tercera persona al no haber recibido otros de contraste.