Agentes de la Guardia Civil que han declarado como testigos en el juicio que se desarrolla ante la Audiencia Provincial de Murcia por el asesinato de una anciana en Abarán, del que se acusa a un sobrino-nieto, han asegurado que las escuchas telefónicas a las que fue sometido acreditan que salía de noche, lo que contradice lo afirmado por su madre.

El detalle de las salidas nocturnas del procesado, Joaquín G.V., tiene especial importancia, ya que la data de la muerte de la anciana señala que el crimen se produjo por la noche.

La madre del procesado, cuando declaró como testigo, afirmó que la noche en la que se produjo el asesinato aquel durmió en la casa familiar, de la que no salió hasta la mañana siguiente, cuando se dirigió al trabajo, y añadió que de haber salido del hogar en algún momento lo habría escuchado, por la ubicación de los dormitorios de ambos.

Ahora, sin embargo, los miembros de la Benemérita que analizaron el contenido de las conversaciones mantenidas por el procesado con otras personas han revelado que las mismas contienen referencias temporales y espaciales, de las que deducen que en ocasiones sí salía de noche, porque había quedado con ellas.

En esta nueva sesión de la vista oral ha declarado igualmente una agente femenina de la Guardia Civil que ha manifestado a la Sala que por la investigación abierta al conocerse el crimen supieron que había otras mujeres que también podrían ser víctimas del acoso del acusado, presuntamente.

Y ha añadido que las mismas, con las que se entrevistaron, fueron muy parcas en sus manifestaciones por pudor, por los lazos familiares que las unían con el acusado y por el escándalo que habría supuesto el conocimiento público de lo que presuntamente ocurría.

Una de esas personas fue una hermana de la fallecida, también anciana, que reveló que en una ocasión el procesado le había exhibido sus órganos genitales para que le dijera si el tamaño de su pene era normal o no, situación que la incomodó, ya que a partir de entonces no le permitió volver a su domicilio.

Los dos agentes de la Benemérita que igualmente han declarado como testigos han manifestado que en el registro efectuado en el coche del acusado hallaron dos navajas en el maletero que no estaban a la vista.