Los autodenominados ‘Soldados del Califato’, el grupo desarticulado por la Policía Nacional en la Región en una operación contra el yihadismo, tenían acceso a camiones y un alto nivel de radicalización, informan fuentes cercanas a la investigación.

Tanto el presunto cabecilla del grupo como otro de los detenidos se dedicaban al transporte de mercancías por carretera, algo que puso en alerta a la Policía Nacional, por si se les ocurría usar estos vehículos para atentar.

Afortunadamente, los individuos no conformaban una célula yihadista real que estuviese a punto de atentar en España, destacan las mismas fuentes . Lo que sí atesoraban, y se descubrió en los registros practicados, era mucha propaganda, y muy violenta.

Los cuatro arrestados, con edades comprendidas entre los 35 y los 48 años, presuntamente pretendían, con este material, captar más adeptos para su causa.

El líder, a la cárcel

Quien los lideraba era el mayor de todos ellos, un hombre de origen marroquí que llevaba años residiendo en España (ahora en la comunidad murciana), pese a lo cual, apuntan fuentes próximas al caso, tenía «odio a la sociedad occidental», algo que compartía con los otros sospechosos. Este individuo fue capturado en Algeciras (Cádiz), donde se encontraba junto con el camión que conducía, por motivos de trabajo. 

Investigadores introducen a uno de los sospechosos en un vehículo policial. CNP

Mientras el presunto cabecilla del grupo caía en Andalucía, sus tres seguidores eran arrestados en la Región de Murcia.

La Dirección General de la Policía emitió este viernes un comunicado para dar cuenta de la operación. Lo hacían el mismo día que los investigadores ponían a disposición del titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional al supuesto líder del grupo, el cual, tras pasar por el juzgado, ya está en prisión preventiva.

Pasó también ante el juez otro de los arrestados, que ha quedado en libertad con cargos y permanece investigado

Las pesquisas, escuchas telefónicas incluidas, para frustrar los hipotéticos planes de estos sujetos empezaron hace un año y medio, cuando los expertos en la lucha contra el terrorismo tuvieron conocimiento de la existencia de un individuo alineado con los postulados del Dáesh que difundía material radical y violento de contenido yihadista. 

En la investigación, desarrollada por la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, han colaborado las brigadas provinciales de Información de Murcia y Valencia y la Brigada Local de Información de Algeciras.

El cabecilla sí era un peligro

El presunto líder mandaba a sus amigos por Internet «material yihadista de extrema dureza».

Lo hacía tras asegurarse de que eran personas a las que tenía lo suficientemente convencidas para que se creyesen su discurso radical. Se acercaba a ellas con el cebo del tema religioso, pero, desde ahí, pasaba a adoctrinar y su lenguaje incluía consignas violentas. Logró crear así, continúan la fuentes policiales, un grupo «cerrado y exclusivo».

Este sospechoso «celebraba asiduamente reuniones clandestinas con su grupo», citas en las cuales «visionaban material terrorista y criticaban la sociedad occidental», afirman desde la Policía Nacional.

Los agentes llevaron a cabo cinco registros, cuatro en domicilios y otro en un camión de mercancías, en los que intervinieron numerosos dispositivos electrónicos.

Los investigadores se han sorprendido de la gran cantidad de contenido de carácter radical violento que manejaba el líder para su labor adoctrinadora, representando una grave amenaza para la seguridad pública.