Crimen

Mata de una cuchillada al hijo de su pareja durante una riña familiar en Cartagena

"Los hermanos gritaban ’ayuda’, ‘sangre’ y ‘cuchillo’", relata un testigo

La puerta de la vivienda quedó precintada después del crimen. | IVÁN URQUÍZAR

La puerta de la vivienda quedó precintada después del crimen. | IVÁN URQUÍZAR / l.o./Efe/mar i.léon

Mar I. León/EFE

Los servicios sanitarios de emergencia no han podido salvar la vida de un joven de 21 años, de origen rumano, que ha muerto a consecuencia de las heridas recibidas en el cuello por arma blanca en el transcurso de una riña familiar, ocurrida a última hora de la noche del sábado, en el Barrio de la Concepción de Cartagena.

El 112 recibía, a las once de la noche, varias llamadas de vecinos de la calle Virgen del Romero del referido barrio, los cuales informaban de una pelea y gritos en el interior de un domicilio y, posteriormente, de la existencia de una persona gravemente herida por arma blanca. Al lugar se movilizaron patrullas de la Policía Local, quienes solicitaron asistencia sanitaria para dos personas, por lo que acudieron también dos unidades móviles de emergencias con sanitarios de la Gerencia de Urgencias y Emergencias Sanitarias 061.

Según fuentes policiales, la pareja de la mujer reprochó al joven el tono de voz que estaba usando con su madre, entablándose una discusión entre ambos que concluyó con el hombre, de nacionalidad española, clavándole un cuchillo en el cuello al hijo de su pareja, que se desangró y murió de forma fulminante.

«Salí a la puerta y lo primero que vi fue a un vecino bajando las escaleras del piso diciendo que estaba todo lleno de sangre con la cara descompuesta. Llamamos al 112, aunque no sabíamos lo que estaba pasando. Había muchos gritos. ‘Ayuda’, ‘sangre’ y ‘cuchillo’ era lo que chillaban. Cuando vino la policía se llevaron al padre», recuerda Juan Ángel, vecino del bloque en el que se produjo el homicidio.

Los sanitarios, a su llegada, encontraron al agresor taponando el orificio para tratar de frenar la hemorragia. Sin embargo, no pudieron hacer nada para salvar la vida al joven. En cuanto a la mujer, de 38 años, que también resultó herida leve en un brazo, fue estabilizada y trasladada al hospital Santa Lucía, donde ayer se encontraba bajo vigilancia psiquiátrica.

Por otro lado, las mismas fuentes han señalado que el hombre, que presentaba síntomas de embriaguez, ha sido detenido y llevado a la comisaría de Policía Nacional en Cartagena por una patrulla de la Policía Local, donde permanece arrestado a la espera de pasar a disposición judicial acusado de un delito de homicidio. Testigos aseguran que el pregunto asesino no intentó huir en ningún momento y esperó la llegada de las autoridades en la escena del crimen.

«A las dos de la madrugada se lo llevaron esposado y la mujer salió del piso con el brazo ensangrentado de haber recibido cortes y se la llevó la ambulancia», relata una vecina que presenció lo ocurrido desde la calle y conocía a la familia.

El cuerpo del joven ha sido trasladado al Instituto Anatómico Forense de Cartagena para practicarle la autopsia, previsiblemente este lunes.

Sus hermanos lo presenciaron

Tras quedar la vivienda vacía, la puerta fue precintada con un cordón policial donde todavía ayer quedaban pequeñas gotas de sangre y material sanitario olvidado por el pasillo y la puerta del bloque horas tras el incidente.

Los dos hermanos del fallecido, menores de edad, fueron realojados por unos vecinos después de que estuvieran en el hogar cuando ocurrió el crimen y más tarde fueron trasladados a casa de un familiar. «Escuchaba a los niños correr y sus gritos. Al principio creía que estaban jugando», informa Juan Ángel.

Una familia querida

Los vecinos del bloque consultados dicen que nunca habían escuchado peleas en esta familia, formada por la pareja y los hijos, de 21, 13 y 6 años, y el presunto agresor era un hombre querido por los oriundos del barrio. Desde el incidente admiten sentirse inseguros y apenas han pegado ojo. «Hasta las cuatro de la madrugada la policía forense estuvo aquí», informa otra residente del barrio. Muchos aseguran estar esperando la vuelta de la madre para acompañarla en el velatorio.