Una mujer de 49 años de edad y vecina de Fuente Álamo, que se llamaba Isabel Pérez y era muy conocida en la localidad, murió en la tarde de ayer, mientras que sus dos hijas, de 13 y 9 años, resultaron heridas de diversa consideración al embestir en la carretera RM-601 que va de la localidad fuentealhameña a La Corverica un todoterreno el coche de caballos en el que viajaban acompañadas también por el marido y padre, que no precisó traslado al hospital.

El accidente, que se produjo en una carretera comarcal que está situada a unos cuatro kilómetros del tanatorio de Fuente Álamo, tuvo lugar alrededor de las cinco de la tarde, cuando el coche de caballos en el que viajaba la familia fue arrollado por un vehículo todoterreno que circulaba por detrás. El parte de la Guardia Civil recoge que el siniestro se debió a un deslumbramiento que sufrió el conductor, por lo que no vio el carruaje. El parte también recoge que la velocidad del vehículo era moderada.

A consecuencia del choque, la mujer murió casi en el acto, mientras que el marido, conocido como Gaspar 'el de la Pajarera' o 'el de los caballos', no sufrió heridas, aunque se encontraba muy nervioso y tuvo que ser atendido en el lugar del siniestro. Dos de los tres hijos del matrimonio, dos niñas que viajaban en el coche de caballos, sufrieron varias contusiones al salir despedidas por la fuerza del impacto y fueron trasladas por dos ambulancias al hospital de Santa Lucía de Cartagena, donde fueron atendidas de heridas en las piernas y permanecían en observación, pese a que su estado no revestía gravedad, al cierre de esta edición.

El conductor del todoterreno no sufrió heridas, aunque el vehículo dio varias vueltas de campana y quedó volcado a varios metros del arcén.

Por su parte, el caballo que tiraba del carruaje está herido en una pata, aunque su vida no corre peligro, según informaron a esta redacción fuentes de los servicios de Emergencia.

Varios familiares y amigos se acercaron rápidamente hasta el lugar del accidente, que se encuentra a escasos 300 metros de una finca con caballos propiedad de la familia, y las escenas de rabia se repitieron hasta el levantamiento del cadáver, que se produjo dos horas después.

Según explican algunos vecinos, era habitual que la pareja pasease a sus hijos con el coche de caballos los fines de semana.