Un joven de unos 25 años, cuya identidad no fue facilitada, falleció en la tarde de ayer en el hospital Rafael Méndez de Lorca a consecuencia de las graves heridas que sufrió cuando trabajaba en un molino de harina en la pedanía totanera de Lébor, según informaron fuentes de Protección Civil.

El joven falleció en el centro sanitario sin que los médicos que lo asistieron pudieran hacer nada por salvar su vida, después de ser atendido antes en el lugar del accidente por los servicios sanitarios de emergencias, que lo trasladaron al citado hospital con heridas "muy graves", tras quedar atrapado en el engranaje del molino.

El servicio del teléfono único de emergencias de Murcia 112 recibía poco después de las tres de la tarde la llamada de una persona que encontró al accidentado.

Al lugar del siniestro había acudido una patrulla de la Guardia Civil y una Unidad Móvil de Emergencias del Servicio Murciano de Salud. Tras ser estabilizado por los sanitarios, el paciente fue trasladado al hospital Rafael Méndez de Lorca con la esperanza de poder salvar la vida del chico. Los esfuerzos, sin embargo, resultaron infructuosos.

Otra víctima mortal

También ayer fallecía en la Arrixaca una joven que se debatía entre la vida y la muerte desde que el pasado martes sufriera un dramático accidente en las cercanías de la pedanía caravaqueña de Barranda. En dicho siniestro, el Citroen Xara en el que viajaban tres jóvenes chocó de frente con un Nissan Terrano mientras realizaba un adelantamiento. A consecuencia del piloto perdía la vida la conductora del Citroen. Sus dos acompañantes resultaron con heridas de distinta gravedad, de tal modo que una de ellas fue trasladada a la Arrixaca, donde ayer fallecía.