Negligencia médica

El Servicio Catalán de Salud indemniza a una familia con 1,5 millones de euros por dejar a un bebé parapléjico

Durante una cirugía de testículos sufrió una infección del canal medular por la bacteria E.Coli, acabó con una tetraplejia y una hidrocefalia, y casi cuatro años después, se desplaza en silla de ruedas y hay que hacerle cuidados cada 3 o 4 horas

Óscar y Carla, los padres del niño, en el centro.

Óscar y Carla, los padres del niño, en el centro. / EP

Beatriz Pérez

En julio de 2021, Luca cumplió un año. Sus padres, Óscar y Carla, que viven en Barcelona, celebraron con él su primer aniversario. Una semana después, el 17 de julio, el pequeño acudió al Hospital Sant Joan de Déu (Esplugues de Llobregat) para someterse a una cirugía de testículos ambulatoria. Algo programado y sencillo, por lo que ni siquiera tenía que quedarse hospitalizado. Sin embargo, nada volvió a ser igual: el niño, que durante la operación sufrió una infección del canal medular por la bacteria E.Coli, acabó con una tetraplejia y una hidrocefalia, y casi cuatro años después, se desplaza en silla de ruedas y hay que hacerle cuidados cada 3 o 4 horas. Su caso ha sido llevado por la asociación El Defensor del Paciente.

El niño, de un año en 2019, entró en el quirófano de Hospital Sant Joan de Déu para una cirugía testicular simple

La Aseguradora del Servei Català de la Salut (CatSalut) acaba de indemnizar con un 1,5 millones de euros a los padres de Luca por las graves secuelas ocasionadas durante el proceso anestésico. Es un caso de negligencia médica. Según El Defensor del Paciente, "como consecuencia de una deficiente técnica aséptica durante la punción, le inocularon bacterias de origen intestinal (E. Coli) en el lugar donde se procedió a la anestesia, la columna". La operación a la que tenía que someterse Luca era una orquidopexia derecha, consistente en hacer descender el testículo dentro del escroto. "A Luca le pusieron una anestesia lumbar, en una zona muy próxima al ano. Se fue a casa, pero el día siguiente volvió con fiebre y con una sepsis grave cuyo origen no se sabía", ha explicado este jueves a la prensa Luisa Blanco, la abogada de El Defensor del Paciente que ha llevado este caso.

Retraso diagnóstico

Aunque el niño estuvo ingresado en Sant Joan de Déu desde el 18 de julio, hasta una semana después los médicos no descubrieron que tenía una infección por la bacteria E. Coli, cuando se le hizo una resonancia magnética. De hecho, fue la propia madre la que descubrió que Luca tenía unos "bultitos" en la zona donde se le puso la anestesia. Los médicos dijeron que era un bulto de grasa, pero resultó ser pus. "Tenía una infección en la columna. Lo operaron, pero irremediablemente Luca quedó con una paraplejia desde la espina dorsal. La infección le subió a la cabeza, hizo una hidrocefalia y ahora Luca lleva una válvula en el cerebro para drenar el líquido", ha explicado Blanco, quien se ha echado a llorar en un momento de la rueda de prensa.

Ni el hospital ni la aseguradora, Relyens, reconocieron nunca que se trataba de una "negligencia médica (la famila asegura que siempre lo atribuyeron a la "mala suerte"), pero el acuerdo al que han llegado recientemente con la asociación El Defensor del Paciente es, para la familia, una manera de reconocer lo que ella considera un "error médico". Los padres del niño, Óscar y Carla, han recibido 1,5 millones de euros de indemnización, un acuerdo que la familia acepta porque el niño necesita y necesitará, a lo largo de su vida, muchos cuidados y tratamientos que suponen un "importante gasto" que la economía familiar "no puede seguir sosteniendo".

Durante estos años, antes de recibir este importe, fueron los padres quienes tuvieron que comprar, con sus ahorros, una silla de ruedas para el pequeño o un coche adaptado, y pagarse de su bolsillo las tres periciales médicas. Para la familia las negligencias fueron dos: primero, la falta de asepsia que hizo que entrara la bacteria E. Coli en la médula ósea del pequeño; el segundo, la tardanza en diagnosticarle la infección, lo que hizo que el daño fuera finalmente irreversible.

Tres meses en la uci

Cuando Luca llegó a las urgencias de Sant Joan de Déu al día siguiente de la operación con fiebre, se pasó hasta siete horas en las urgencias. El padre cree que el hecho de que fuera verano, con menos personal médico, influyó en la mala suerte. Es algo que corrobora la abogada. "Es muy alarmante que muchos de estos casos [de negligencias médicas] ocurran en periodos vacacionales. La Conselleria de Salut debe poner más medios porque la gente también se pone enferma en Navidades, verano, Semana Santa…", ha dicho Blanco. Después de estar siete horas en urgencias, Luca pasó a la uci, donde se quedó tres meses. Durante ese tiempo, los padres durmieron con él en el box para no dejarlo solo. "El hospital siempre iba un paso tarde. Y en un momento dado las secuelas ya eran irreversibles", ha dicho Óscar.

El niño, además de una paraplejia, no tiene control de sus esfínteres y necesita cuidados "cada tres o cuatro horas". El padre ha tenido que dejar de trabajar para cuidarlo. La madre sigue trabajando. "Los dos no podemos hacerlo", ha explicado Óscar. Como Luca tiene una válvula en la cabeza, hay que controlar que no se lleve ningún golpe. Va al cole y hace "vida normal". Los padres dicen que es "feliz". El niño, aun así, no tiene problemas neurológicos y entiende y comprende las cosas.

"Nunca hubo un perdón"

"Los profesores se portan muy bien y quieren aprender a hacerle las curas para liberarme a mí", ha contado, agradecido, Óscar. Aunque cree que hay "buenos profesionales" en Sant Joan de Déu (el niño sigue recibiendo tratamiento aquí porque, pese a todo, es el "mejor hospital"), lamenta que el centro pediátrico nunca haya pedido perdón. "Ellos alegan que fue mala suerte. Que esas cosas pasan. Nunca hubo un perdón. Yo siento que el hospital me ha fallado bastante", ha dicho Óscar.

Para El Defensor del Paciente el "daño desporporcionado" que sufrió el menor está "más que reconocido" poque la cirugía era "muy sencilla". Inicialmente la defensa había pedido una indemnización mayor que ese millón y medio de euros que finalmente ha recibido. "Pero no podemos esperar más porque el tema económico aprieta", ha dicho la abogada. Ha sido el juzgado de 1a instancia número 48 de Barcelona ha homologado un acuerdo indemnizatorio antes de la celebración del juicio que estaba señalado para el pasado enero.

Por último, El Defensor del Paciente llama a no "banalizar" los síntomas y signos que sufren los pacientes para que no ocurran más casos como los de Luca, con un final "tan triste como denunciable".