María Cuartero: "Lo importante es que mi trabajo tenga repercusión en la sociedad"

El trabajo en la sombra tiene, quizás, su máximo exponente en los científicos que dedican su vida a la investigación por el bien de la sociedad sin esperar nada a cambio ni ver su nombre escrito en ningún lugar. Ese es el caso de María Cuartero Botía (Espinardo, 1984), una de las investigadoras jovenes más influyentes de España y de Europa en el área de la electroquímica, la química analítica y los sensores químicos. Tras ser nombrada Presidenta de la División 1 en la International Society of Electrochemistry y recibir un sinfín de reconocimientos nacionales e internacionales, la científica da las gracias por poder desarrollar su labor de vuelta en en “su tierra” y explica su ardua tarea con la sencillez que también aplica con sus alumnos en la UCAM. María personifica el trabajo y la dedicación, pero también el calor humano de las personas extraordinarias.

“Estoy muy contenta e ilusionada porque después de diez años investigando fuera, en países como Suiza y Suecia, he tenido la oportunidad de volver a mi tierra para empezar con el proyecto UCAM-Sens de la Universidad Católica, lo que ha sido una pasada para mí por volver a estar con mi familia”, afirma María. “Volver a mis raíces ha supuesto muchos cambios de vida y de cultura que hacen brotar los sentimientos y estoy muy feliz”, añade. A sus 38 años de edad, la profesora catedrática se encuentra en el punto álgido de su carrera, pero no olvida dónde comenzó su camino.

Cada día que me levanto me siento privilegiada de ir al laboratorio y aprender cosas nuevas

María nació en Espinardo, allí se crió y allí aprendió cuál era su vocación. “Soy de Espinardo y estudié ahí tanto en el colegio como en el instituto y después en la Universidad”, comenta. Especialmente importante fue su etapa en la Licenciatura de Química. “Tuve la suerte de probar diferentes laboratorios y me llamó especialmente la atención la química analítica y los sensores porque le vi una conexión muy directa con la sociedad. Dentro de ser investigadora, para mí es muy importante que mi trabajo tuviera repercusión en la gente. Ahí es donde vi mi futuro muy claro para ayudar a las personas”, asegura.

La carrera de María parecía destinada al éxito desde bien pronto, ya que, tras obtener el Doctorado en Química por la Universidad de Murcia, recibió el premio extraordinario de Doctorado en Química y el premio a la mejor tesis de la Sociedad Española de Química Analítica. Su talento rebasaba las fronteras de nuestra Región, por lo que decidió salir para continuar su progresión. “Me fui a Suiza de etapa posdoctoral y en Ginebra continué trabajando con sensores para salir más tarde a Suecia, donde obtuve un proyecto Marie Curie para jóvenes investigadores de la Unión Europea con el que empecé mi carrera independiente”, cuenta.

Continuó rompiendo moldes fuera de nuestro país con la obtención de un proyecto European Research Council de más de un millón y medio de euros mientras cosechaba una interminable lista de premios en electroquímica y química analítica. Se convirtió en editora de la prestigiosa revista Analytical Chemistry y en Académica en la Academia Joven de España, el reconocimiento que más ilusión le ha hecho hasta el momento. “Haber sido seleccionada en la Academia Joven de España es el reconocimiento que más ilusión me hace porque es a nivel nacional y en ella comparto tiempo y experiencias con otros investigadores jóvenes en diversas áreas”, explica. El último y más importante reconocimiento que ha recibido María es haber sido elegida presidenta electa de la división 1 de la International Society of Electrochemistry, un logro que valora como un “reconocimiento generacional” por su juventud en comparación con los demás presidentes.

Fue en su estancia en Suecia cuando le surgió la posibilidad de regresar a casa. “Conocí a Estrella Núñez, vicerrectora de investigación de la UCAM, y al presidente José Luis Mendoza y les propuse, junto a mi compañero Gastón Crespo, el proyecto de UCAM-Sens para crear una unidad de sensores químicos en la UCAM que creciera hasta convertirse en un referente a nivel europeo e internacional”, recuerda. El proyecto salió adelante y María solo tiene palabras de agradecimiento por poder dedicarse a su pasión en casa.

A pesar de todos sus logros, María mantiene los pies en el suelo y tiene claro que la receta del éxito está en encontrar el equilibrio. “La treintena es una época en la que tienes que encontrar el equilibrio entre tu profesión y tu vida porque el trabajo demanda mucho. Hay que trabajar mucho con mucha pasión y motivación”, afirma. “Cada día que me levanto me siento una privilegiada por ir al laboratorio, estar con los estudiantes, aprender cosas nuevas y transmitirlo”, manifiesta.

Feliz con su presente, María también piensa en un futuro “parecido”, ligado a la investigación. “Me gustaría dejar huella en los estudiantes y ser modelo para mujeres de la Región, a nivel nacional e internacional, que quieran empezar su carrera en la ciencia”, apunta. Para ello cree que es imprescindible que la Región apueste por retener el talento.

Por último, la científica cuenta con cariño una anécdota relacionada con nuestro medio antes de agradecernos de nuevo la realización de la entrevista. “He aparecido en La Opinión en numerosas ocasiones. Fui dama de la huerta y gracias a eso conocí las instalaciones del diario porque nos recibieron. Tengo muy buen recuerdo de esa época. Años más tarde estoy muy sorprendida y agradecida por la buena acogida que nos ha dado siempre La Opinión”, concluye la científica María Cuartero