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Cecilia Azorín: "No me considero parte de la élite, solo una persona que tiene ilusión"

Con dos premios extraordinarios, su futuro apuntaba alto, pero nunca pensó en ser elegida mejor investigadora del mundo en materia de educación. Su reciente maternidad le ha llenado de alegría el corazón.

Cecilia Azorín

Cecilia Azorín

Alfonso Asensio

Si la excelencia fuera una persona, seguramente se parecería mucho a Cecilia Azorín (Yecla, 1986). Doctora y profesora en la Universidad de Murcia, Cecilia comenzó a obtener sus primeras matrículas de honor en Magisterio con el fin de ahorrar las tasas del curso siguiente y no suponer una carga económica a su familia. Desde entonces, su carrera no ha dejado de crecer. Licenciada en Magisterio y Pedagogía con ambos premios extraordinarios -además del primer premio nacional en esta última- esta yeclana apasionada por la educación dedica su vida a la mejora de este ámbito a la vez que forma profesores y les inculca su entusiasmo. Acumula más de una década de investigación y sólo se ha tomado un respiro a sus 37 para criar a su bebé recién nacido. Se siente identificada con Paco de Lucía, uno de sus grandes ídolos, cuando decía que no se podía imaginar hasta dónde iba a llegar con la guitarra. Cecilia nunca se habría podido imaginar lo que ha logrado hasta ahora como, por ejemplo, convertirse en la mejor investigadora del mundo en materia de Educación según la Universidad de Stanford.

Cecilia nos atiende en plena baja por maternidad. “Estoy en un momento muy dulce porque acabo de ser madre. Desde hace 17 días tengo una bebé preciosa que me ha llenado de alegría el corazón y es una etapa muy bonita”, explica. La doctora está en casa, “intentando despejar la mente y disfrutar de la crianza”, afirma, pero su cabeza sigue funcionando. “También tengo la mirada puesta en los proyectos e investigaciones que estoy desarrollando”, completa. Desde una perspectiva más profesional, la profesora está “bebiendo las mieles del esfuerzo realizado en años anteriores”, con la estabilidad que le proporciona su plaza fija en la Universidad de Murcia.

Ver mi nombre junto al del Profesor Fullan en una publicación es un sueño cumplido

En la misma universidad en la que ahora trabaja se formó durante diez años. “He estado estudiando en la Universidad de Murcia toda una década. Durante ese tiempo me he formado en dos carreras, tres títulos de máster y en el doctorado”, cuenta. “Empecé con Magisterio y continué con Pedagogía porque son las dos carreras dedicadas al campo de la Educación que yo quería hacer y que más me llenaban. En el caso de Magisterio me especialicé en educación musical y en pedagogía me di cuenta que la formación de profesores era lo que más me gustaba”, desarrolla.

Tras formarse más específicamente con los tres títulos de máster de Innovación e Investigación en Educación, Género e Igualdad y Formación del Profesorado, Cecilia culminó sus estudios con el doctorado en Educación, pero no de cualquier manera. “Durante el doctorado obtuve una beca por mis calificaciones y me fui a Reino Unido para conocer otras escuelas y otros sistemas educativos y traer ese conocimiento a Murcia, lo que me ayudó a conseguir la calificación ‘cumlaude’ y la mención internacional”, desvela.

Después de todo el esfuerzo, Cecilia se sorprendió de verse en el paro nada más terminar la tesis doctoral, pero no se dejó llevar por el desánimo. “Pasé un año pensando lo que hacía con mi vida, en tierra de nadie, pero cogí todo el ímpetu para escribir. Participé en investigaciones con compañeros a nivel nacional e internacional a la espera de que saliera una plaza en la universidad”, relata. Todo esfuerzo tiene su recompensa. “Un año después conseguí la plaza de ayudante doctor con 33 años”, expone con orgullo.

En su prolífica trayectoria, la yeclana ha tenido varios reconocimientos, pero ninguno como el Premio Internacional Michael Fullan. “Fullan es un gurú de la educación, una eminencia viva que ha hecho muchísimo por el liderazgo educacional y me presenté a su premio realmente por ir a conocerlo”, expresa. “Se celebraba un congreso en Canadá al que él asistiría, por eso hice mi solicitud con todos mis méritos académicos y currículum pensando en que si tenía la suerte de ser seleccionada, lo conocería. Me preseleccionaron, me llevaron junto a otros candidatos a Canadá para elegir el ganador y viajé sin saber si me lo iban a conceder. Fue difícil ir tan lejos, pero me movió la ilusión”, recuerda.

Su portada

Su portada

“El jurado me otorgó el galardón y eso lanzó mi figura a nivel internacional. Me dio mucha visibilidad en Canadá y Estados Unidos y me vino super bien, aparte de la dotación económica, por los contactos y la red que me permitió hacer”, argumenta. “A día de hoy, el profesor Fullan y yo tenemos muy buena relación profesional y de amistad y le tengo mucha estima. He publicado con él y solo ver mi nombre junto al suyo es un sueño cumplido”, dice.

Esa visibilidad de la que habla Cecilia le ha ayudado, quizás, a ser escogida como la mejor investigadora del mundo en 2022 en materia de educación por la Universidad de Stanford. “Significa que el trabajo durante estos años se me está reconociendo, pero no me considero parte de la élite mundial, sólo una persona que trabaja y que tiene ilusión por mejorar la educación”, apunta.

Antes de dejarnos, Cecilia tiene un mensaje de agradecimiento para nuestro medio. “La Opinión siempre ha estado presente en los diferentes centros educativos en los que he estado porque es un medio que utilizamos para informarnos en el campo de la Educación. También he tenido relación directa, como cuando obtuve el Premio Fullam y el periódico me entrevistó. Esa entrevista la tengo enmarcada en mi despacho porque me hizo mucha ilusión y estoy muy agradecida. Con esta entrevista vuelvo a reforzar el vínculo”, concluye la doctora y profesora de la faculdad de Educación de la Universidad de Murcia