El Club Taurino de Cehegín ha celebrado la que con toda seguridad haya sido una de las noches más importantes para este grupo de aficionados, englobada en su VI Ciclo Cultural, dedicado al crítico local Felipe de Paco „Calañés‟, y que ha contado con la participación del torero Rafaelillo y del periodista Javier Hurtado, de Televisión Española.

Fiel a su tradición, la sede del club ha vuelto a agotar el papel en esta espectacular charla, que ha tenido tantos momentos álgidos que los presentes han reconocido con numerosas ovaciones, gracias a una tertulia que ha estado a la altura de las mejores plazas de primera categoría.

Rafaelillo, a quien el Club Taurino de Cehegín ha distinguido como Socio de Honor, ha estado arropado porprofesionales de irrefutable calado, como el torero ceheginero Antonio Puerta, los toreros de plata Pascual Mellinas, Antonio Macanás y Carlos Pacheco, los periodistas Mariano Molina y Pepe Castillo, el fotógrafo Paco Sastre y el artista plástico Nicolás de Maya, entre otros.

Este reconocimiento a sus 25 años de alternativa ha estado dirigido por el popular presentador del programa TendidoCero de Televisión Española Javier Hurtado, quien en varios momentos ha puesto en un real aprieto al lidiador del Barrio del Carmen, el cual ha sabido echar un paso atrás o dos hacia delante, según le viniera el envite de suadversario de mesa redonda.

El diestro ha mostrado su felicidad por “estar en un templo del toreo como es Cehegín”, ha asegurado, ciudad quesiempre le ha mostrado un afecto enorme, debido a su decencia como torero y al cariño que éste siempre le ha transmitido al „respetable‟ de esta localidad.

Preguntado por Hurtado sobre la diferencia entre las corridas duras y las comerciales, el espada ha dicho que “la clave está en el porcentaje de triunfos”, explicando que es más fácil tocar pelo con una ganadería „cómoda‟ que con lo que suele él torear cada tarde, “en la que la presión y la responsabilidad es muy fuerte. El toro duro es másimprevisible en sus embestidas. Muchas veces va a por ti, te quiere arrancar los machos”, ha añadido.

Sin lugar a duda, él entiende el arte “como una emoción, un sentimiento, el cual te puede llegar de diferentes formas”, asegura. “Al animal hay que saber dominarlo, pero que a la misma vez esté cómodo. Debes sacar tu oficio sin que el toro se dé cuenta. Al final esto es un diálogo. El toreo es psicología”, ha reafirmado.

Rafaelillo, quien ha contestado a todas las preguntas minuciosamente escogidas por el veterano periodista, haexplicado a su vez que las escuelas taurinas “son muy importantes, ya que ayudan mucho a los chicos, pero con ellasse ha acabado el romanticismo. Las escuelas les dan el empujón a quienes quieren ser toreros, pero la personalidad de cada uno hay que dejársela intacta porque aquí triunfa el que aporta algo distinto”.

Ha rememorado sus primeros pasos en el mundo del toro, desvelando que “la primera vez que me puse delante de una becerra me meé encima porque entré en pánico. Yo tenía en ese momento ocho años y ya quería ser torero”. Para sorpresa de muchos, el matador ha compartido una anécdota sobre el torero ceheginero Pepín Liria cuando también comenzaba en este mundo tan complicado del toro. Rafaelillo ha confesado que “yo quería ser torero y va mi padre y le regala una muleta a Liria, y además llamó al ya desaparecido Antonio González Barnés para que le hiciera unaentrevista para La Opinión. Imagínense”, ha comentado entre risas.

Enlazando unos temas con otros, asegura no haber vetado nunca a ningún torero. “Cuando no me ha interesado torear con alguien, he preferido quitarme yo del cartel, porque no quería hacerle daño a nadie. Y esto es porque conmigo sí lo han hecho. A mí me han vetado. Lo he sufrido en mis carnes. Allá cada uno con su conciencia. Me considero unapersona fuerte, no por lo que he conseguido, sino por lo que he superado”, de lo que se siente muy orgulloso.

En Sevilla, Rafaelillo toreó muchas tardes, no cortando ningún apéndice debido a la espada, pero dando vueltas al ruedo cada una de ellas. Cuando recuerda su paso por la ciudad de la Giralda, el murciano no logra entender que siempre lo repitieran allí incluso sin haber desorejado a ninguno de sus astados, mientras que en 2016, tras habertocado pelo, no le volviera a sonar el teléfono. Tiene claro que ese año fue su mejor temporada, acabando entre lostoreros con más orejas en plazas de primera, y sin embargo “después nada”, afirma con cierto amargor, “no merepitieron, pero ojalá pueda volver a Sevilla algún día”, desea el diestro.

El maestro murciano no se ha querido dejar nada en el tintero. Se ha acordado de apoderados que para él marcaronsu carrera en lo profesional y personal, tales como Juan Collado, Pepe Sánchez, Joaquín López Ríos, Pepín Jiménez, Roberto Piles, Dávila Miura, Sánchez Mejías, Roberto Espinosa y Lionel-Simón Casas, entre otros,asegurando que cada uno, de una forma u otra, fueron fundamentales en su carrera. Ahora le apodera Manolito Chopera.

25 años dan para mucho en una carrera profesional tan dura como la de matador de toros, en la que la gloria y el infortunio marcan el paso de las horas, aunque Rafael a estas alturas lo tiene claro: “A mí la vida me ha enseñado a separar lo profesional de lo personal. Lo que hay que hacer es enriquecerse viendo lo que son capaces de hacer loscompañeros que han triunfado. Cuando dejé de compararme con los demás empecé a ser feliz, crecí”.

Con la entrega de una distinción a Javier Hurtado, por parte del artista Nicolás de Maya, y la de la máximacondecoración que da el club, el „Socio de Honor‟ para Rafael Rubio

„Rafaelillo‟, por parte del presidente del Club Taurino de Cehegín, Pedro Moreno, ha dado por finalizado el acto, agradeciendo a los invitados su participación en este ciclo cultural “que hace afición y por lo que hay que luchar”, haapuntillado este último.