El 21 de diciembre de 1937 se estrenaba en Estados Unidos un film que durante varios años se había considerado como imposible de filmar. Se trataba de "Blancanieves y los siete enanitos", cuarto largometraje animado de la historia y el primero en ser filmado en technicolor. Los especialistas habían advertido a Disney: será un fracaso, la gente quedará ciega si ven una película de dibujos animados de hora y media. Además, a nadie interesará una película tan larga sin personajes reales. Se equivocaron. Y mucho. Blancanieves se convirtió en su momento en la película más taquillera de todos los tiempos, y así continuó siéndolo durante un año, hasta la llegada de "Lo que el viento se llevó".

Para realizarla se emplearon a más de 700 dibujantes, y se idearon artilugios antes impensables, como la enorme máquina multiplano. Además, se emplearon personajes reales para trasladar los movimientos a la pantalla con una precisión que solo ha sido superada con la llegada del ordenador. El éxito fue enorme, se calcula que lo obtenido en taquilla por la película, superaría hoy, en dinero constante, los 1.100 millones de dólares.

En 1939, el año del triunfo absoluto de "Lo que el viento se llevó" en los oscars, otra película se fue con un buen número de estatuillas. La academia premiaba con un oscar especial a Walt Disney, reconociendo “como una significativa innovación cinematográfica que ha encantado a millones de espectadores y ha sido pionera en un nuevo campo de entretenimiento para las películas de dibujos animados”. Otros siete oscars pudieron verse en aquella ceremonia, uno por cada enanito.