Yo viajaré sus vinos por toda la mar conocida y Ogigia será famosa por sus destilados.

-Bien, me alegro. Respecto de lo nuestro, amigo Yigal, os he de decir que para esta tarde, la marea subirá lo suficiente como para salir a flote por sí mismo el barco. Pero...

-¿Qué pasa, noble aqueo? -repuso Yigal.

-Hay una tarea urgente. La marea bajará a su mínimo dentro de muy poco. Quizá el barco, sin flotación posible, pueda virar sobre sí mismo, caer sobre la dura arena sin agua y quebrarse por su propio peso o dañarse en el casco. Habrá que apuntalarlo con vigas, para que se sostenga y prevenir así las cuadernas. Tenemos poco tiempo. Si tus hombres y yo talamos algunos árboles: alisos, pinos de alta cabellera y chopos, que hay al otro lado de esta isla, podemos tenerlos antes de que el sol alcance su cenit, suficiente tiempo para lo que pretendo. Luego, la marea alta reflotará sola ella el barco, amigo Yigal.