Existe una gran variedad y número de articulaciones, lo que pone de manifiesto la importancia que tienen en nuestro funcionamiento diario. Hasta el punto de que cualquier problema o lesión en ellas puede afectar gravemente a nuestra calidad de vida. 

Las articulaciones son las que permiten la unión de uno o más huesos.

  • Algunas se mueven (las rodillas, los hombros, los codos o los dedos)
  • Otras articulaciones son inmóviles como las que unen los huesos del cráneo
  • Otras son semimóviles, como las de la columna vertebral. 

Causas del dolor articular 

El dolor articular puede estar provocado por lesiones como golpes, esguinces, roturas o torceduras. Pero no son los únicos factores, las molestias en las articulaciones también pueden estar provocadas por el envejecimiento, la obesidad, la práctica deportiva y las actividades cotidianas o repetitivas en el trabajo, provocando una sobrecarga excesiva y un desgaste progresivo de las articulaciones. 

Como explican desde la Fundación de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria según la estructura de la articulación que se degenera se pueden diferenciar: 

  • Las tendinopatías, lesiones que afectan a los tendones. 
  • La osteoporosis en los huesos.
  • Lesiones musculares como las contracturas. 
  • Las enfermedades reumáticas en el cartílago articular. “Estas últimas constituyen un 30 % del total de patologías osteoarticulares y la artrosis representa más del 25 %”.

El dolor articular puede estar provocado por lesiones como golpes, esguinces, roturas o torceduras. JCOMP. FREEPIK.

Recomendaciones para la salud de las articulaciones

Los farmacéuticos, conscientes de la importancia de la salud articular, proponen una serie de recomendaciones que consideran necesarias si lo que queremos es “prevenir y retrasar el deterioro de las articulaciones”.

Porque como sentencian desde la Fundación SEFAC, “un estilo de vida poco saludable, el aumento de peso y posibles patologías asociadas como hipertensión, diabetes e hipercolesterolemias pueden desencadenar complicaciones y condicionar el tratamiento a seguir”.

Controlar el peso y seguir una dieta saludable. Estas dos pautas van a mejorar las flexibilidad y agilidad de los movimientos. A menor peso, menos carga en las articulaciones de las extremidades inferiores, principalmente en las rodillas. 

Además “evitará la progresión de la artrosis en pacientes diagnosticados. Es decir, que los huesos protegidos por el menisco dejen de rozar produciendo dolor e inflamación”, explican los farmacéuticos.

Realizar rutinas de ejercicio físico moderado de forma diaria. El objetivo es evitar la rigidez articular. Para ello hay que trabajar “la movilidad, la flexibilidad y realizar estiramientos”. 

La práctica física también va a permitir aumentar la fuerza muscular y proteger las articulaciones.

Evitar los deportes de impacto. La Fundación SEFAC señala la bicicleta y la natación como los mejores deportes para ayudar “a la movilidad articular sin causar un daño perjudicial sobre las mismas”.

El farmacéutico puede determinar el mejor medicamento para aliviar el dolor en las articulaciones.

Cambiar de postura de vez en cuando y evitar los esfuerzos. Pasamos muchas horas en el trabajo, por eso es importante cambiar la posición durante la jornada laboral. Además, es recomendable evitar “coger pesos excesivos”. 

Si es preciso, debemos utilizar ayudas técnicas como bastones o instrumentos de ayuda. Todos estos elementos pueden ayudarnos a la hora de amortiguar impactos o golpes. También un calzado adecuado puede contribuir a ello. 

Poner el ordenador a la altura del cuello cuando lo usemos. Así se evitan las contracturas cervicales. “Utilice también sillas que pueda ajustar a su medida”, recomiendan. 

Frío y calor en el caso de tener alguna lesión articular, antes de realizar actividades físicas lo más recomendable es “aplicar calor seco en la zona afectada; de esta manera la relajará, y la acondicionará”. Una vez terminada la actividad, si la lesión duele o está inflamada, toca poner algo de frío, no excesivo. 

• Los farmacéuticos señalan algunas opciones alternativas para aliviar el dolor articular, por ejemplo, la termoterapia, la estimulación eléctrica transcutánea o la balneoterapia. 

Te puede interesar:

Automedicarse de forma responsable. Si duele lo más normal es que echemos mano de algún fármaco. Antes de hacerlo es mejor que consultemos a nuestro farmacéutico. Son los profesionales lo que pueden “buscar la opción más adecuada de tratamiento que puede incluir tanto los complementos nutricionales como la terapia farmacológica, todo ello con el objetivo de mejorar su salud”.

• Si el médico ya me ha pautado un tratamiento para el dolor articular es esencial seguirlo en la forma que nos hayan indicado. “En ocasiones el tratamiento que le prescriba el médico puede estar condicionado a la evolución del dolor, de manera que usted decida si debe o no tomar un medicamento en función del dolor que tenga; si tiene alguna duda puede consultar en la farmacia”.