Las galaxias contienen estrellas, planetas, nubes de gas y polvo interestelar, que forman un conjunto autónomo dentro del universo. La materia de la galaxia no se disgrega gracias a la atracción de la fuerza de la gravedad que crean los propios componentes de la galaxia, que forman un conglomerado con una forma y un tamaño definidos. Además, dentro de una galaxia existen subestructuras agrupadas como las nebulosas (formadas por gases y polvo), los cúmulos de estrellas y los sistemas de estrellas múltiples.

Las galaxias son enormes. Una de tamaño como la Vía Láctea, mide unos 100 mil años luz, lo que significa que la luz de una estrella en una punta de la galaxia tarda 100 mil años en llegar a la otra punta de la galaxia. Por comparación, sabemos que la luz tarda 8 minutos en llegar del Sol a la Tierra. Las distancias entre galaxias aún son más sorprendentes. Por ejemplo, la galaxia de Andrómeda esta a 2 millones de años luz de nosotros.

Las galaxias suelen tener forma de disco plano, con la materia más concentrada en un centro llamado bulbo, que es donde suelen estar las estrellas más antiguas. Las estrellas de una galaxia no están quietas, sino que giran alrededor del centro de la galaxia. Además, las galaxias se mueven unas respecto a otras en el universo, e incluso pueden chocar y unirse. 

El camino lechoso

Nos encontramos en el planeta Tierra, en el sistema solar, el cual está a las afueras de una galaxia, la Vía Láctea, donde hay 300 mil millones de estrellas además del Sol. La Vía Láctea no es la única, en todo el universo hay cientos de millones de galaxias. Pero antes de la edad moderna sólo se conocía la nuestra, cuyo nombre significa «camino lechoso», debido a la forma alargada y luminosa (como lechosa) que vemos en las noches oscuras, con forma de camino, que sirvió de orientación incluso a los peregrinos; de ahí que también la conozcamos en España como ‘camino de Santiago’. En realidad, desde nuestro planeta sólo vemos una parte de la Vía Láctea, ya que estamos dentro de ella. El halo lechoso de luz lo producen los millones de estrellas que se concentran en esa zona del cielo. De hecho, la palabra ‘galaxia’ procede del griego ‘galactos’, que significa leche. 

Galaxia de arroz y quinoa. L.O.

El experimento: una galaxia con arroz y quinoa

Materiales

Arroz. Quinoa. Folio o cartulina. Cola.

Hacemos una galaxia

Echa sobre el papel un montoncito de granos de arroz y otro montoncito de granos de quinoa. Así tendremos estrellas de dos tamaños diferentes. Puedes probar también añadiendo lentejas y otras semillas. Cuantos más tamaños diferentes mejor. Mezcla todos los granos. Levanta el papel en horizontal y hazlo vibrar en distintas direcciones. Verás cómo se forman galaxias irregulares. También verás que los granos más pequeños, los de quinoa, se mueven con más facilidad alrededor de la galaxia, e incluso algunos se caen. 

Coloca de nuevo el papel en la mesa. Haz un círculo con todos los granos. Con los dedos retira granos alrededor del centro haciendo dos brazos espirales, uno en cada lado. También puedes hacer la galaxia echando primero un poco de cola bien extendida sobre el papel y, después, dejando caer los granos sobre el papel mientras recorres círculos con la mano. Cuando se seque la cola tendrás una galaxia para colgar en la pared.