Psicología infantil

La salud mental infanto-juvenil

la  salud mental infanto-juvenil

la salud mental infanto-juvenil

J. Alejandro López

Uno de los mayores retos sociales en la actualidad concierne al tema de la salud mental, evidenciando que se necesita una atención integral y de fácil acceso. Esta atención ha de poner el foco en toda la población haciendo hincapié también, como no puede ser de otra manera, en el sector infanto-juvenil. No son pocos los profesionales de distintos ámbitos como el psicológico, médico, educativo, social que están atisbando un aumento de problemas emocionales y conductuales en la población más joven, como es el aumento de ansiedad, mayores casos de depresión, existencia de fobias, intentos autolíticos, ideación suicida, pensamientos obsesivos y rumiantes, distorsiones cognitivas y problemas de autoestima. Es por ello que se hace necesaria la coordinación entre sectores para responder a estas necesidades.

Podemos entender por salud mental el estado de bienestar emocional, psíquico y social que permite al ser humano realizar actividades y hacer frente a los retos de la vida pudiendo ser capaz de tomar decisiones, abarcando los trastornos mentales pero yendo más allá de estos. Un informe de Save The Children de 2021 afirmaba que «los trastornos mentales han aumentado del 1% al 3% en niños, niñas y adolescentes de entre 4 y 14 años y del 4% al 7% en el caso de los trastornos de conducta, en comparación con los últimos datos oficiales de 2017». Cuando mantenemos conversaciones con orientadores educativos de la Región de Murcia, parece prácticamente unánime que observan, en cada centro educativo donde trabajan estos profesionales, un aumento de aperturas de protocolos de autolisis e ideación suicida, un número mayor de derivaciones del centro educativo al centro médico por casos de ansiedad, indicios de depresión, estados emocionales alterados e inicios de posibles trastornos emocionales.

Para prevenir e intervenir ante este aumento de problemas y trastornos en la población infanto-juvenil se hace necesaria la coordinación entre el sistema educativo y los centros médicos. Las administraciones públicas han de generar cauces conjuntos de actuación, la creación de protocolos y la posibilidad de reuniones conjuntas entre profesionales de la educación y de la sanidad para una mayor eficacia y eficiencia en la respuesta a estas necesidades que plantea la sociedad actual. Para que esta ayuda sea operativa necesitamos mayores recursos humanos, esto conlleva una mayor dotación de psicólogos, médicos psiquiatras y profesionales de la educación, como el perfil del orientador educativo y del profesor de servicios a la comunidad, que puedan gestionar estos casos con calidad y diligencia. Situación que continúa reclamando la asociación de Orientadores Educativos de Murcia (APOEMUR), pidiendo que se establezca un orientador por cada 250 alumnos como mejora de la atención y la calidad educativa. Las familias tienen derecho a que se puedan atender las necesidades educativas y sanitarias de sus hijos, de manera conjunta y coordinada.

La salud mental de niños y niñas es un asunto de gran importancia, toda la población ha de concienciarse de esta problemática y pedir conjuntamente soluciones. Estas pasan por una dotación mayor de recursos tanto de tiempo y espacio con la posibilidad de reuniones entre profesionales; materiales como la creación de protocolos; como humanos, aumentando el número de orientadores, psicólogos clínicos y profesores de servicio a la comunidad.