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El mataleón

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Víctor J. Navarro

Poco a poco tenemos a la vuelta de la esquina el final de curso, que dará paso a unas merecidas vacaciones tanto a los alumnos como a los docentes, que tendrán la ocasión de cargar sus pilas de cara a la próxima temporada 2024/25.

Sin duda uno de los retos de este curso escolar ha sido controlar las pantallas en los centros educativos, para combatir de una forma directa cualquier situación de acoso en las aulas.

Desde el mes de enero no está permitido el uso del móvil y dispositivos durante el horario lectivo, el recreo y los periodos dedicados a actividades complementarias o extraescolares, salvo que esté previsto en el proyecto educativo o se realice con fines didácticos, y excepcionalmente se permite el uso de estos dispositivos a alumnos que lo requieran por razones de necesidad y salud.

El uso inadecuado del dispositivo móvil en las aulas ya era considerado una falta que está tipificada como leve, grave o muy grave, y recogida en el Decreto 16/2016, de 9 de marzo, que establece las normas de convivencia en los centros docentes no universitarios sostenidos con fondos públicos de la Comunidad Autónoma.

Al hilo de este control de los dispositivos dentro del entorno escolar, es importante recalcar el papel de los padres desde el punto de vista educativo sobre el uso responsable de los dispositivos digitales.

Cada vez más estamos acostumbrados a ver en los medios de comunicación determinados retos peligrosos cuyo objetivo es conseguir una mayor popularidad a través de las redes sociales, con el riesgo implícito de sufrir lesiones o en casos extremos la muerte de jóvenes.

Recientemente salió a la luz un reto bastante peligroso bajo el nombre de ‘El Mataleón’, que dejó en la UCI a un joven en las Islas Canarias.

Este reto peligroso consiste en inmovilizar los brazos de la víctima para comprimir su cuello y, de esta manera, presionar la carótida y la tráquea con el objetivo asfixiarla y dejarla inconsciente, sin olvidarnos de la inmortalización llevada a cabo a través de vídeos subidos en las diferentes redes sociales.

Imitando una técnica de defensa personal, a través de este novedoso ‘challenge’ se puede ocasionar el estrangulamiento y asfixia si no se hace con el debido cuidado, pudiendo causar además lesiones irreversibles.

Es vital que los jóvenes sean conscientes de lo peligroso que puede llegar a ser realizar este tipo de retos, ya que lo que a priori parece un juego, puede terminar en una situación desastrosa.