Psicología infantil

Familias y educación: una colaboración necesaria

Familias y educación: una colaboración necesaria

Familias y educación: una colaboración necesaria / J. Alejandro López

J. Alejandro López

Dos agentes imprescindibles para la socialización de los menores son la escuela y la familia. Gracias a estas entidades los más pequeños van conociendo las normas y reglas de la sociedad. Para el psicólogo Félix López (1990), la socialización es «un proceso interactivo, necesario al niño y al grupo social donde nace, a través del cual el niño satisface sus necesidades y asimila la cultura, a la vez que, recíprocamente, la sociedad se perpetúa y desarrolla». A través de la socialización cada individuo pasa a ser ciudadano, adquiriendo tanto las normas éticas y morales así como las reglas sociales aceptadas y valoradas por su comunidad. La escuela y la familia son dos pilares imprescindibles para dicha socialización.

Escuela y familia han de colaborar en el normal funcionamiento del proceso de enseñanza y aprendizaje. Los equipos directivos, los equipos y departamentos de orientación, los tutores y el profesorado necesitan la interacción positiva y recíproca de las familias para que en su conjunto todos colaboren en alcanzar el objetivo primordial del desarrollo integral del alumnado. Cuando se produce una disgregación entre estos dos pilares, se origina una ruptura en el proceso, generando situaciones perturbadoras en la educación.

La escuela también sirve para ampliar el abanico de posibilidades educativas que ofrece la familia. En concreto, la escuela pública es un maremágnum epistémico y doxológico, donde podemos encontrar profesores de distintas ideologías, credos, intereses, condiciones, identidades y orientaciones, lo que favorece la pluralidad de pensamiento y es un ejemplo de diversidad democrática. Los menores tienen derecho a ampliar los conocimientos y valores particulares que ofrece la familia, necesitan conocer diferentes ángulos de la realidad, alcanzar un pensamiento crítico que les ayude a decidir por sí mismos, logrando en cada curso y etapa que sean más autónomos en sus decisiones, gustos, valores e ideas. Hemos de entender la escuela como un oasis de conocimientos variados, aliado de la pluralidad y la diversidad, un microcosmos del contexto social en donde están insertos los discentes.

Escuela y familias son dos entidades nucleares para lograr el completo desarrollo del alumnado. Mañana, quince de mayo, se celebra el Día Internacional de las Familias con el objetivo de sensibilizar a la población sobre el importante papel que desempeñan estas en la educación de sus hijos. Podemos abordar dicha efeméride en los centros educativos con jornadas de puertas abiertas para que las familias conozcan y participen en los centros educativos junto a sus hijos y así puedan valorar y entender cómo trabaja el profesorado en las aulas con el objetivo final de generar un clima de convivencia positivo entre todos los agentes involucrados. Las familias también pueden implicarse en la orientación académica y profesional de los discentes, a través de charlas de padres y madres sobre sus trabajos y oficios. Pueden realizarse actividades deportivas en el patio y/o gimnasio del centro educativo donde se fomente el deporte en familia.

En definitiva, se han de generar vínculos y conexiones entre estas dos entidades y para ello podemos aprovechar la efeméride que se celebra mañana, con el propósito de crear lazos de unión entre familia y escuela.