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‘Apadrina un abuelo’

‘apadrina  un abuelo’

‘apadrina un abuelo’ / Víctor J. Navarro

Víctor J. Navarro

Es importante conocer nuestro pasado para poder tener un futuro exitoso, es por ello que debemos aprender cada día de nuestros mayores y fomentar los valores de respeto hacia aquellos que, como me gusta decir a mí, son «personas con experiencia».

A menudo escuchamos y vemos a través de los medios de comunicación que se ha perdido el respeto hacia los mayores, pero es muy importante y esencial trabajar desde edades tempranas para que desaparezca el denominado choque generacional.

Hoy escribo sobre un proyecto de los que me gusta no pasar por alto, sobre todo desde el punto de vista de colaboración intergeneracional, y que une a edades totalmente distintas pero con las mismas ganas de aportar y seguir haciendo cosas por nuestra sociedad.

El proyecto ‘Apadrina un abuelo’ partió de una propuesta colaborativa entre dos centros, el colegio Patronato Sagrado Corazón de Jesús de Cartagena y la Residencia de mayores ORPEA, con la intención de estrechar lazos entre dos entidades cercanas.

En el caso del tercer ciclo de primaria (5° y 6° de Primaria) llevaron a cabo un APS (Aprendizaje-Servicio) consistente en crear un vínculo de conocimiento mutuo entre los alumnos del centro educativo y los residentes del centro de mayores.

Para el desarrollo de la actividad, los niños visitaron el centro ORPEA y realizaron unas entrevistas para conocer los gustos de los abuelos sobre otra época en la ciudad, realizando un acercamiento a sus vidas y creando un vínculo afectivo que puede será llevado a cabo a lo largo de todo el curso educativo o incluso de manera permanente.

Llevaron así una tarea de compara/contrasta entre su abuelo apadrinado y ellos mismos, a través de entrevistas grabadas en vídeo, fotografías, músicas, hablando de platos favoritos, objetos preferidos, olores que evocan recuerdos,...

De esta manera los más jóvenes ponen en alza el valor de los mayores en nuestra sociedad, trabajando sin duda el respeto hacia ellos y enriqueciendo de esta forma a los niños, aportándoles la figura de las personas mayores dentro de su experiencia vital, que algunos no pueden disfrutar.

Es así una excelente forma de contribuir al desarrollo competencial de los niños dentro de la sociedad, conociendo de primera mano las experiencias de las personas con más experiencia, que pueden aconsejarles desde el conocimiento y el saber que dan los años.