El cuento de los martes

Beto en... ‘El fuerte. Segunda parte’

L.O.

Nuestros lectores, siempre atentos, recordarán que la semana pasada dejamos a Beto, Hugo, María y Juanfra enfrascados en la construcción de un fuerte con piezas de Lego, una idea de Juanfra para que los cuatro amigos tuvieran algo que hacer en su tiempo libre, que últimamente era mucho ya que habían quedado eliminados de los juegos extraescolares y no había ninguna festividad a la vista que los obligara a planear actividades.

Como contamos la semana pasada, los cuatro amigos ya habían juntado un buen número de piezas para, al menos, poder empezar a construir, y habían dibujado el fuerte para tener algo en lo que basarse. Aunque parezca que no, este paso era fundamental para la correcta implementación del plan, ya que tres de los cuatro amigos ni siquiera sabían muy bien lo que era un fuerte. El único que lo tenía claro era Juanfra, el autor de la idea, que se lo explicó al resto como buenamente pudo con las siguientes palabras: «Un fuerte es un tipo de construcción, como un castillo pero no exactamente igual, que se utilizaba en las épocas antiguas para defender una posición en una situación de ventaja cuando llegaban las batallas». No hace falta decir que Beto se quedó boquiabierto al escuchar esta explicación, que parecía haber sido sacada directamente de un diccionario. «Y las batallas siempre llegan», concluyó Juanfra para aumentar aún más el tamaño de la apertura de la boca de Beto, que a partir de aquel momento admiró aún más a su nuevo amigo.

Una vez supieron lo que era un fuerte, lo dibujaron y consiguieron reunir las piezas necesarias, el siguiente paso no fue, como nuestros lectores pueden estar pensando, pasar directamente a construir, sino inventar la historia que diera sentido al fuerte. ¿Para qué existiría un fuerte si no hubiera dos ejércitos enfrentados? Esta fuera la pregunta que se hicieron los cuatro amigos. Así que, guiados por Hugo, que era quien más sabía de estos temas porque no dejaba de leer todo libro de fantasía que cayera en sus manos, idearon la historia de fuerte.

El fuerte se encontraría situado en lo más alto de una colina, justo frente al mar, donde se encontraba la capital del País de la Luz, que se enfrentaba de nuevo, como desde hacía miles de años, al País de las Tinieblas, que había vuelto a lanzar su armada de demonios contra el último bastión de la Luz.

Así, el fuerte debía tener un aspecto limpio, sin grandes florituras, pero imponente. Pero también debía estar medio derruido por el constante asedio al que había sido sometido. No querían construir el fuerte en tiempos de paz, sino en tiempos de guerra.

La princesa Alarin estaría atrincherada en la última cámara, rodeada por una serie de murallas de piedra blanca y por cientos de soldados, más ángeles que hombres, con alas incluidas, que habían jurado defenderla con sus vidas tras la muerte del rey a manos del Señor de las Tinieblas, Eleron.

Esta fue la historia que dio sentido a la construcción del fuerte, por lo que, una vez hubieron terminado de escribirla, los amigos comenzaron por fin la construcción, que contaremos con todo detalle la semana que viene en esta misma página.

ACTIVIDADES

  1. La semana pasada invitamos a nuestros lectores a inventar una historia para el fuerte de Beto, María, Hugo y Juanfra. Ahora que conocemos la historia que los cuatro amigos han inventado, ¿cómo de diferente es de la que tú inventaste la semana pasada? ¿Cuál crees que es mejor y por qué? Debátelo con tus amigos.
  2. El fuerte está siendo asesiado por el Señor de las Tinieblas, Eleron, para acabar con la vida de la princesa de la Luz, Alerin. ¿Cómo crees que acabará la historia? ¿Cómo crees que los soldados de la Luz se las arreglarán para defender el fuerte sin la presencia de su rey? Con tus amigos, idead estrategias para ayudar a Alerin a defender el fuerte y al país de la Luz de las Tinieblas.