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Educar en consumo responsable

educar en   consumo responsable

educar en consumo responsable / J. Alejandro López

J. Alejandro López

El sistema educativo español desde la LOGSE de 1990 hasta la actual modificación de la LOE por LOMLOE en 2020 ha tenido en cuenta, de una manera más o menos explícita, la educación para un consumo responsable. Así, en la actual modificación de la Ley Orgánica de Educación encontramos en su artículo 19.2 la siguiente alusión: «Se trabajarán la igualdad de género, la educación para la paz, la educación para el consumo responsable y el desarrollo sostenible y la educación para la salud, incluida la afectivo-sexual». Esto implica que los centros educativos han de proponer estrategias y actividades que fomenten dicho consumo responsable en el alumnado, pero ¿qué entendemos por consumo responsable?

El consumo responsable entronca con la ética y los valores personales que atañen al cuidado del medio ambiente y al desarrollo sostenible. Es hacerse consciente de la necesidad de realizar un gasto más eficiente de los recursos. Se trata, pues, de ser ético, crítico y solidario, partiendo de una actitud positiva hacia la sostenibilidad, entendida como una preocupación genuina por el medio ambiente, así como del uso y disfrute minucioso de los recursos naturales. El consumo responsable es ya una prioridad para la ONU, teniéndolo como uno de los objetivos de Desarrollo Sostenible a cumplir de aquí a 2030.

¿Qué estrategias y actividades podemos llevar a cabo en el hogar y en la escuela para fomentar el consumo responsable en los más pequeños? Veamos algunas.

Sensibilidad y cuidado del hogar y la escuela. Los niños han de aprender a observar y ser sensibles a su entorno para poder cambiarlo. Así, podemos promover en los más pequeños que se fijen en los detalles que hacen que estemos gastando o desaprovechando recursos; por ejemplo, si hay suficiente luz natural, no tenemos por qué utilizar al mismo tiempo la luz artificial. Si nos vamos todos al patio, podemos estar atentos a si nos dejamos la luz encendida, los ventiladores puestos, etcétera.

Escuelas sostenibles. Una escuela puede luchar por la sostenibilidad utilizando papel reciclado, haciendo un uso racional de la calefacción, promoviendo actividades como “El día de la fruta’, el uso de bombillas de bajo consumo o la creación de un huerto ecológico; proponiendo estrategias como ‘Equipos verdes’: alumnos y alumnas que velan por el uso responsable de los recursos, que fomentan actitudes favorables al desarrollo sostenible y que promueven, a través del aprendizaje por observación, comportamientos saludables.

Hogares sostenibles. Junto a lo comentado sobre las escuelas sostenibles, en casa podemos fomentar el consumo responsable en los menores con algunas estrategias, como elegir en el mercado los productos de temporada, no comprar alimentos que vienen embalados, preferir productos frescos en lugar de procesados, y siempre haciendo partícipes y concienciando a los menores de dichas decisiones.

Educar en el consumo responsable es tarea de todos los agentes educativos y sociales. Los centros educativos han de velar por promover dichas conductas a través de un compromiso compartido del que se deje constancia en documentos oficiales. En el hogar hemos de llevar a cabo acciones sostenibles visibles. Las administraciones públicas deben garantizar los recursos humanos, económicos y materiales para poder llevar a cabo estrategias a favor del consumo responsable.