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Ser original

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Es importante que desde los centros educativos y la familia se proteja la autenticidad de los productos, sobre todo dentro de una sociedad donde prevalecen las marcas para dar una opinión dentro de un determinado status.

Es por ello que quiero revindicar que mañana, 8 de junio, se celebra el Día Mundial contra la Falsificación y la Piratería, una jornada que pretende concienciar sobre los peligros y amenazas que suponen para la privacidad.

Este día surgió a nivel internacional para trabajar dentro de una línea de erradicación de la falsificación y violación de los derechos de autor, que afecta directamente a la economía y a la calidad de determinadas marcas registradas, además de promover un conocimiento más certero sobre el consumo responsable, algo que las nuevas tecnologías expandido a través de todo el planeta.

Aunque se piense que comprar un disco de música, una prenda de ropa o un smartphone puede suponer un ahorro al comprarlo en el mercado de la piratería, nos estamos haciendo un flaco favor, ya que este tipo de productos pueden suponer un peligro ya que no cumplen las inspecciones de calidad oportunas; algo que, en ocasiones, ha sido fruto de alergia en el caso de la ropa, roturas o incendios en los aparatos tecnológicos o pérdida de calidad en los demás productos.

De hecho, los fabricantes de productos falsificados «no pagan impuestos, lo cual significa menos dinero para las escuelas, hospitales, parques y otros programas sociales de su ciudad», señala la Coalición Internacional Antifalsificación (IACC, en inglés), una organización sin fines de lucro dedicada a proteger la propiedad intelectual.

A día de hoy todo es imitable, pero, al final, adquirir este tipo de productos supone engañarnos a nosotros mismos, ya que como he comentado anteriormente supone un ahorro a corto plazo.

Es muy importante promover esta cultura de respeto a la propiedad intelectual e industrial desde edades tempranas, trabajando como he mencionado anteriormente un consumo responsable y de calidad, que demuestre a los más pequeños que no es más el que más gasta, sino el que menos necesita.

A continuación voy a dejar una serie de consejos que nos permitirán reconocer de primera mano cuándo un producto puede presentar síntomas de ser falsificado:

1. Se vende en la calle, fuera de los establecimientos comerciales o lugares autorizados, como mercadillos públicos.

2. Tienen un precio muy inferior al del mercado.

3. La calidad es mala respecto al original.

4. No disponen del logotipo de la comunidad Europea CE.

5. Tienen un embalaje de baja calidad.

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