El aula unitaria de la pedanía ceheginera del Campillo de los Jiménez, perteneciente al Centro Rural Agrupado (CRA) “Río Argos”, demuestra que la educación que se ofrece en las pequeñas escuelas rurales de la Región de Murcia puede ser de la máxima calidad.

Al ser un aula unitaria, asisten alumnos de diferentes niveles: niños de infantil de 3 años, 2º, 3º y 4º de primaria. La convivencia de niños y niñas de diferentes edades trabajando proyectos comunes provoca el enriquecimiento del proceso de enseñanza y aprendizaje, puesto que unos aprenden de otros y se ayudan mutuamente. 

El entorno de dicha pedanía ofrece multitud de posibilidades para el desarrollo de los currículos y para el desarrollo integral del alumnado: rodeado de naturaleza, permite vivenciar, aplicar y experimentar muchos de los contenidos trabajados; oficios relacionados con la agricultura, la ganadería, floricultura en invernaderos se introducen de forma natural en el trabajo diario; las tradiciones y saberes de los mayores del lugar se aprovechan también; además, esta metodología permite que el aprendizaje se realice de una forma lúdica, motivadora y que se perciba claramente la funcionalidad y necesidades de los aprendizajes. 

Según nos explican sus responsables, el centro se encuentra a la vanguardia en lo que a nuevas tecnologías se refiere y posee todo lo necesario para que el alumnado conozca ese mundo sin dificultad ya que, entre otras cosas, cada alumno posee su propio ordenador dentro de la misma aula. 

También se realizan actividades de aproximación a la robótica y programación, además de usar la caja de luz en determinados momentos para facilitar el desarrollo de la imaginación y creatividad. Los alumnos utilizan programas informáticos como Canva, Word, Classroom, correo electrónico, Kahoot, Genially y Quizizz, entre otros. 

En la zona de patio, podemos encontrar un invernadero, donde el alumnado siembra las plantas que nacen de los semilleros creados por ellos mismos. Una zona de mesas y sillas, con todo lo necesario para que la maestra pueda dar clase al aire libre, algo que los alumnos siempre agradecen. Durante el recreo, 

Los alumnos juegan al parchís o las tres en raya pintadas en el suelo, además de realizar lecturas de libros que bajan en una cestita destinada para ese fin o juegos de mesa como el parchís, damas o ajedrez. También se realiza el cuidado de animales, como los gusanos de seda; de esa forma no solo aprenden a respetarlos y a quererlos, también a cuidarlos y a conocerlos. 

Al ser un aula con pocos alumnos, las actividades como costura, experimentos con fluorescencia, luz ultravioleta, papel maché, realización de vitrales, encuadernación y creación de libros, actividades con arcilla en el torno, entre otras muchas cosas, se realizan sin dificultad alguna y de una manera muy personalizada. Juegos como Sudoku, Escape Room, juegos de memoria, “Simón dice…” o sopas de letras, son algunos de los juegos que se hacen con el alumnado, siempre relacionados con la temática que se esté trabajando en cada momento. 

Para el desarrollo y motivación de la lectura se aprovecha cualquier rincón del colegio para exponer textos, de forma que se reparten poemas (con la biografía y fotografía del autor) y lecturas relacionadas con valores y principios. 

Se trabajan numerosos proyectos (unos de centro y otros específicos), de interés del alumnado, relacionados con la realidad y actualidad que les rodea o de ayuda social como es el caso de la hemodonación; todos ellos se enlazan de forma transversal con las distintas áreas. Uno de los proyectos que estamos trabajando es el relacionado con las emociones, donde el alumnado se pone en contacto con el conocimiento de sus propios sentimientos y emociones y los de sus compañeros a través de distintas actividades lúdicas y motivadoras. 

Los resultados obtenidos son espectaculares, igual que el grado de satisfacción del alumnado y de las familias. La fórmula de este éxito, según la tutora Juana Mari Avilés, es minimizar las dificultades y potenciar las posibilidades que te ofrece el entorno.

A punto de desaparecer en 2016

La Escuela Rural del del Campillo de los Jiménez de Cehegín vivió en 2016 varios meses de zozobra e incertidumbre cuando se anunció su cierre por parte de la Consejería de Educación de la Región de Murcia, lo cual propició el rechazo de la comunidad educativa. 

Los grupos votaron por unanimidad en el Pleno en contra del cierre y exigieron que se instara a la Consejería de Educación y Universidades a que se mantuviera abierto este Colegio Rural, cosa que también hizo el Consejo Escolar Municipal en una reunión.