Felipe descendía de una antigua y conocida familia a la que le gustaba dar buena imagen y que siempre se comportaba correctamente.

Su familia tenía todo limpio y ordenado, y todos creían que uno nunca debe invadir el espacio personal de los demás.

Pero Felipe pensaba que su familia se preocupaba por cosas sin importancia.

No se dieron cuenta de que lo único que quería era un abrazo.

Un día Felipe conoció a alguien… Hasta que un día ocurrió el desastre.

Culparon a Felipe e hicieron que se sintiera muy mal…

...se sintió muy solo…

El día que se dio cuenta … Felipe supo exactamente lo que debía hacer

Tomado de: Abrázame

Autora e ilustradora: Simona Ciraolo

Editorial: SM

Actividades

1. Cuando tengamos «permiso» para dar abrazos ¿a quién se los darás? Puedes hacer una lista para que no se te olvide nadie.

2. Te propongo distintos abrazos para que entrenes: abrazo de oso, de espalda, de sándwich, de piernas y de grupo.