Indepes y PP coinciden en todo

Una escucha desapasionada (aseguro que es posible) de la sesión de ayer en el Congreso de los Diputados nos remite al reino de la paradoja. La amnistía, según sus promotores gubernamentales, es un instrumento de reconciliación, diálogo y entendimiento, pero según sus beneficiarios es un pulso que han ganado al Estado. Esto último también lo dice el PP, y es curioso que el PSOE solo se encorajine con él, en vez de extender también el rechazo de esa interpretación a los genuinos amnistiados. 

En el PP aseguran que la función real de la amnistía son los siete votos que permiten gobernar a Sánchez, y en esto también coincide con Ezquerra y Junts, que además se permiten presumir de que la siguiente fase es lograr el referéndum de independencia, pues aunque los socialistas se oponen, «también se oponían a la amnistía, y cedieron porque necesitan nuestros votos», dicen. 

Si uno afina en la escucha constatará que los indepes y los populares coinciden plenamente en el diagnóstico sobre las causas y circunstancias que han dado lugar a la ley que fue aprobada ayer. El discurso del PP y Ezquerra/Junts al respecto es idéntico. Solo el PSOE y Sumar dibujan una intencionalidad idílica que nadie más comparte, y menos los agraciados por la eliminación de las penas derivadas de sus actos. Tanto es así que mientras los socialistas hablan de la bondad y eficacia del perdón, los soberanistas replican que son ellos quienes han perdonado la represión del Estado, en lo que también coincide el PP al considerar que la amnistía, a diferencia de los indultos, es un recurso que supone aceptar la existencia de un error. En efecto, la gran amnistía de la Transición vino a reponer la injusticia de la acción de la dictadura contra los demócratas. Los amnistiados lo son porque llevan razón, no por ser aliviados graciosamente de un exceso. 

Con independencia de lo que pensemos sobre la amnistía, que tal vez resulte benéfica («Jesucristo nació en un pesebre / donde menos te esperas salta la liebre», escribía el poeta lorquino Carulla), llama al atención que la polémica se desarrolle entre PSOE y PP, cuando en realidad los independentistas, socios del primero, proclaman sin pudor su coincidencia con las tesis del segundo. Paradojas de nuestro tiempo.  

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