Opinión | La Feliz Gobernación

Lo municipal nada espeso

Rubén Darío hablaba de «un vulgo errante, municipal y espeso», y Miguel de Unamuno de «la muchedumbre municipal y espesa». Tan perfecta coincidencia en los adjetivos denota que los intelectuales se copian, pero, con más propiedad, desprecian cuanto ignoran, como decía otro intelectual, Antonio Machado, sobre la Castilla profunda. Lo municipal tiene mala prensa en la órbita de las élites, pues poner farolas, allanar caminos y festejar con vaquillas no es alta política. Pero hay que ver cómo está la alta política. La alta política está al nivel de la más baja estofa.

A los que somos de pueblo, y más, del campo del pueblo, nos cunde mucho el interés por lo municipal, porque es donde todo el mundo puede ver qué hay detrás de la cortina. La política es municipal o no es. Está todo a mano, sabemos lo que queremos, que es, en definitiva, vivir la vida como si fuera un sueño.

Ayer celebramos en el Moneo una jornada, promovida por este periódico, sobre municipalismo a la que vinieron todos, los alcaldes y alcaldesas de las ciudades grandes y de las pequeñas, y aunque todo fue muy sumario y con exposición de parte no hubo nada espeso porque se desprende una alegría especial en saber que el tajo está en los asuntos de proximidad, allí donde cualquier retórica escapista pierde sentido. Los retos y los problemas están ahí para verlos, son los que son y no otros, y hay respuestas o quien no las dé se queda colgado de la brocha.

De vez en cuando hay que acudir a lo municipal para reivindicar la política verdadera, allí donde la palabra ciudadano o ciudadana tiene un más nítido sentido. Cada ciudad, cada pueblo, con su tema. Aunque hay denominadores comunes: falta de financiación y recursos, pero también imaginación, proyectos, ganas de avanzar, cada cual con eso que pomposamente se define como modelo de ciudad, que consiste en todo lo que queda por hacer.

Fue el de ayer un primer encuentro estimulante tan solo por reparar en la especificidad de lo municipal. En resumen, creo que quedó establecido que lo micro es lo macro, y que quienes están espesos son quienes se desentienden de la vecindad, verdadero foro desde Grecia de la vida polítia.

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