Opinión | El que avisa no es traidor

El Gorguel: otro señuelo falso

Murcia pretende basar su desarrollo en proyectos lesivos, cuando no necesariamente destructivos, del medio ambiente

Terrenos de El Gorguel.

Terrenos de El Gorguel. / Iván Urquízar / LMU

Lo de señuelo falso puede ser tomado como un pleonasmo. Pero no lo es: el ‘macropuerto’ en El Gorguel es un señuelo y también es falso. Lo que pasa es que lleva tantos años dando vueltas que ha llegado a constituirse casi como un hecho incontrovertible. Algo así como aquello de la mentira mil veces repetida. Desde el mismísimo lanzamiento de la idea de construir una gran dársena para contenedores, hace más de veinte años, se sabía, o se debía saber, que no tenía casi ningún viso de convertirse en realidad. Desde el primer momento era obvio que la pretendida construcción iba a chocar frontal y ambientalmente con áreas a conservar: la Sierra de la Fausilla (ZEPA, zona especial de protección de aves) y la propia costa cartagenera y unionense (LIC, lugar marino de interés comunitario) donde está El Gorguel. Además, de realizarse, comprometería los beneficios ambientales de la posible -y aún pendiente- regeneración de la Bahía de Portmán.

Fue en 2014 cuando el entonces Magrama (Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente) señaló los problemas ambientales como impedimentos para el puerto en el Gorguel, a pesar del empecinamiento de los responsables de la administración autonómica que venían agitando el señuelo desde años antes.

El informe del Magrama implicaba que sería imposible, por razones de conservación de ecosistemas, que la Unión Europea no solo diera el visto bueno al proyecto sino también que adjudicara la financiación necesaria para construirlo. La alternativa era la ampliación de la dársena de Escombreras. Diez años después resulta que el proyecto decae por una mala tramitación burocrática de la Autoridad Portuaria, con presidente nombrado por San Esteban, puesto que en 2022 presentó un nuevo plan director que no contemplaba la construcción del puerto en El Gorguel como alternativa y/o complemento a la ampliación de Escombreras. Así, como explicó el secretario de Estado Hugo Morán, al Miteco no le quedó sino «decretar el archivo del expediente inicial para poder realizar la evaluación estratégica del nuevo plan director que el puerto de Cartagena presentó en 2022».

Sin embargo, en la Región nadie parece darse por enterado de cuáles son los procedimientos administrativos necesarios para solventar problemas, máxime si son ambientales y se pretende que la Unión Europea los financie. Queda mejor denostar a la ministra Ribera, haciéndola responsable de esa muerte superanunciada de El Gorguel, aprovechando la campaña electoral en la que la responsable del Miteco es cabeza de lista del PSOE.

El trasfondo es que, de nuevo, Murcia pretende basar su desarrollo en proyectos lesivos, cuando no necesariamente destructivos, del medio ambiente. Ejemplos sobran. No hay más que ver La Manga hoy y en qué situación está el Mar Menor gracias, en ambos casos, a prácticas indiferentes a las consecuencias ambientales y/o al decidido ánimo depredador de muchos empresarios amparados por el aliento oficial para ‘construir’ una región mejor.

¿O hay que recordar los afortunadamente frustrados proyectos en La Zerrichera, Marina de Cope o Novo Carthago? ¿O los tejemanejes con la desaladora de Escombreras, el deficitario aeropuerto en Corvera o la autopista Cartagena-Vera? ¿O el negociete del peaje en sombra en la Autovía del Noroeste, adjudicada a la Sacyr de Luis del Rivero en 1999 y que costará a los municipios por los que pasa más de 320 millones de euros frente a los 90 presupuestados? Quedan en el tintero las decenas de resorts de golf y palmeras que han hecho millonarios a unos pocos y arruinado a otros.

En definitiva, una política oficial de señuelos falsos construida con papel maché y pegamento escolar cuya solidez ya quedó demostrada en la Gran Recesión de 2008.

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