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Colectivo de Mujeres por la Igualdad en la Cultura

No solo contra las mujeres

La ultraderecha avanza sobre Europa como una amenaza tan preocupante que 30 empresas alemanas se han unido en una iniciativa denominada ‘Defendemos los valores’

Alemanes protestan contra la ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD).

Alemanes protestan contra la ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD). / EFE / EPA / Clemens Bilan

Frente al auge del feminismo se abre paso un despliegue de iniciativas en contra de las mujeres: desde asociaciones de hombres maltratados hasta páginas webs antifeministas, desde influencers intoxicados de testosterona hasta ‘tradwives’ deseosas de hacernos volver a la cocina. Una masa diversa y compacta que reclama el retorno del verdadero hombre. La ‘manosfera’ no descansa.

Cuando aún el objetivo de la igualdad efectiva está lejos de lograrse, los detractores del feminismo crecen como la mala hierba. Sus estrategias e ideas son similares a las de los supremacistas blancos, no en vano comparten ámbito político e intereses.

Se trata de un mismo proyecto global. La ultraderecha, a la que estos días ha reunido Vox en un acto celebrado en Madrid con la presencia de líderes de varios países dentro y fuera de Europa, es la depositaria de todo este ideario. Argumentan que mujeres, extranjeros, gente de otras razas y personas LGTBI aspiran a ocupar un espacio en la sociedad, espacio que solo pueden alcanzar suplantando al hombre blanco heterosexual, apartando a ese hombre del que es su lugar natural prácticamente por derecho divino. Se ven perfectamente legitimados a emplear cualquier método, desde insultar (como ha hecho Milei contra la esposa de Pedro Sánchez) hasta difundir bulos, desde alimentar el miedo hasta recortar derechos, porque creen que están luchando por su pervivencia. Como machos mamíferos impermeables al proceso civilizatorio, son tremendamente territoriales. Proponen un cambio de paradigma que ofrece un mundo más duro, más insolidario, más invivible. El argumentario es sencillo, muy fácil de entender y de reproducir; esta es una de las claves de su éxito.

El avance de la ultraderecha en Europa amenaza los derechos de las mujeres porque formamos parte de esa masa de lo que consideran seres de segunda. Uno de los primeros en caer suele ser el derecho al propio cuerpo, o sea, el derecho al aborto. Y es el primero en ser cuestionado porque estos grupos políticos han estado tradicionalmente vinculados a la iglesia más retrógrada, para la que el aborto es una perversión doble, ya que se comete en el mismo acto un crimen y un pecado. No pueden admitir que sea la mujer la que tome esa decisión de forma íntima y unilateral, porque las mujeres no son dueñas de su cuerpo. Además, para ellos hay una sola sexualidad, la heteronormativa, y una sola familia, la tradicional. Cualquier cosa que se salga de la norma es percibida como una amenaza. Los grupos antiderechos se multiplican.

Pero, como decíamos, aunque el auge del feminismo ha sido un importante revulsivo y uno de los motivos de reacción ultraconservadora, no van solo contra el feminismo. Una de las bestias negras de la ultraderecha es la inmigración, a la que acusan de ser vehículo de delincuencia y contra la que reclaman más fronteras. De la misma manera, los tímidos avances contra el calentamiento global se verían demorados ‘sine die’, ya que hay un consenso negacionista del cambio climático en el seno de las derechas.

Los análisis electorales demuestran que cuanto más depauperada y rural es una zona, mayor es la incidencia de voto ultra. Por ello se prevé que el partido AfD avance en las regiones estructuralmente más débiles de Alemania. En España, según la Red Europea de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES), las personas que viven en hogares con ingresos inferiores a 6.725 euros por unidad de consumo al año (560 euros al mes) es donde mayor porcentaje de voto a Vox encontramos.

La ultraderecha avanza sobre Europa como una amenaza tan preocupante que 30 empresas alemanas se han unido en una iniciativa denominada ‘Defendemos los valores’ para intentar frenar el voto ultra en las elecciones europeas. Empresas tan poco sospechosas de veleidades revolucionarias como Bayer, Volkswagen, BMW, Allianz, Deutsche Bank, Siemens, Mercedes y muchas otras se han unido para, dicen, defender los valores democráticos. 

No se han mostrado en contra de ningún partido en concreto, aunque todo el mundo tenga en mente a la AfD (Alternative für Deutschland), sino que advierten del peligro de los extremismos y los populismos. Mientras la ultraderecha de todos los países del viejo continente ondea la bandera del antieuropeísmo, esta iniciativa aboga por mucha más Europa. El ejemplo del desastroso Brexit les sirve para escarmentar en cabeza ajena.

Ante este panorama, la única fórmula que cabe recomendar es firmeza frente a discursos antidemocráticos. Y por supuesto, que nadie se quede en casa en las elecciones europeas, ya que las urnas lo deciden todo.

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