Opinión | Pulso político

Marcos Ros

El Mar Menor, la voz de nuestra memoria

Vista del Mar Menor.

Vista del Mar Menor. / Iván Urquízar

El Mar Menor son los días que pasaba con mi abuela en verano, es la excursión en un viejo coche hasta Veneziola, son las conchas que cogía de la playa, el calor sofocado en sus aguas, mi primer empleo de verano. El Mar Menor está en nuestro interior porque forma parte de nosotros. El Mar Menor es la voz de nuestra memoria.

Somos muchos los que, año tras año, hemos repetido los mismos rituales en las playas de la laguna. De la Región y de toda España, que hemos veraneado en el Mar Menor. Todos hemos construido recuerdos en estas aguas. Muchos, además, hemos construido una infancia, una vida que no se puede explicar sin este paisaje de fondo.

El Mar Menor es también un símbolo. Un signo de nuestro tiempo en el que una voraz ansia de beneficios a toda costa se lleva por delante los más preciados parajes naturales, y donde la degradación del medioambiente a manos del hombre avanza a pasos agigantados. Es un fuego avivado por quienes no miran la destrucción que dejan a su paso.

Pero hoy el Mar Menor, que sigue siendo una de las joyas medioambientales de la Unión Europea, languidece ante nuestros ojos y se ha convertido en una voz que pellizca nuestra conciencia. Una voz que impulsó el trabajo duro de mucha gente para salvar la laguna.

Hace cinco años me comprometí a llevar la voz del Mar Menor a Bruselas. A trabajar para que esa voz se escuche más allá de nuestras fronteras y para que las instituciones europeas pusieran el foco en nuestra laguna salada. Un compromiso que ha tenido sus frutos.

Nunca se ha hablado tanto de la laguna en el Parlamento Europeo como en esta legislatura. Conseguimos una visita de eurodiputados al Mar Menor para investigar su situación, y acompañamos a todos los colectivos que relataron su estado y su lucha desde hace décadas.

Nos implicamos en la tramitación de un informe en el Parlamento Europeo, siendo el grupo político que más enmiendas consiguió incluir tras la negociación. Un informe contundente, que deja muy claras las causas de la degradación de la laguna: la agricultura ilegal y el abuso de nitratos, principalmente.

Un informe que también establecía más de treinta recomendaciones para que las diferentes administraciones trabajen hacia la recuperación del ecosistema.

El Gobierno de España las ha cumplido. El Marco de Actuaciones Prioritarias, que cuenta actualmente con una dotación de 675 millones de euros, va en la misma línea que las recomendaciones.

Sin embargo, las recomendaciones que afectan a competencias del Gobierno de la Región de Murcia siguen siendo ignoradas tras más de año y medio desde la aprobación del informe: desarrollar e implementar la Ley del Mar Menor en su totalidad, promover una transición agraria en la comarca circundante o aprobar el Plan de Ordenación del Territorio, son algunas de las recomendaciones que siguen esperando, tal y como denuncia continuamente nuestro secretario general en la Región, Pepe Vélez.

Pero sin duda, lo más preocupante no es la inacción, sino el cambio de rumbo que ha tomado el Gobierno Regional, desde la introducción de los negacionismos de extrema derecha en su composición.

Lejos de implementar la Ley del Mar Menor, vemos cómo ahora se inician los trámites para su desmantelamiento, y se comparten los argumentos de quienes niegan la relación científicamente demostrada entre nitratos y eutrofización.

La voz interior del Mar Menor que nos apela, nos impulsa a actuar contra esta injusticia y este cambio de relato interesado, que solo puede conducir a la muerte de la laguna.

En la próxima legislatura habrá que alzar, más todavía, la voz del Mar Menor en las instituciones europeas, para poder revertir esta senda de los elefantes que se ha iniciado.

Los ciudadanos de la Unión Europea deben saber que la muerte de la laguna significaría la pérdida de uno de nuestros emblemas medioambientales, la muerte de una parte de Europa, y de una parte de nuestros recuerdos.

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